Cuando Xiao Yuan despertó, tenía todo el cuerpo adolorido. Por fortuna, la sensación grasienta que duró toda la noche desapareció y se sintió refrescado. Mirando sólo su cara, uno no sería capaz de decir lo que él y Gu Louyin hicieron anoche, pero era espectacular debajo de su cuello. Se sentó con esfuerzo, miró su pecho y cintura ligeramente enrojecidos y suspiró.
Xiao Yuan pensó que era una persona de piel gruesa, pero al recordar lo sucedido anoche, no pudo evitar que sus mejillas se calentaran y su corazón latiera más rápido. Excepto él, nadie había visto a Gu Louyin así: empapado en sudor, con el rostro blanco y frío enrojecido y los ojos llenos de deseos invasores.
Al oír el ruido de afuera, Xiao Yuan recobró el sentido, abrió la colcha y se levantó de la cama. En cuanto sus pies tocaron el suelo, su cintura y sus piernas se ablandaron al mismo tiempo y cayó de rodillas. Xiao Yuan se sintió enfadado y divertido, se levantó sujetándose de la cama y se dirigió lentamente hacia la puerta.
Afuera estaba más animado de lo que él pensaba. El rostro de Mu Yingyang estaba pálido; sostenía a Duya en la mano, haciendo todo lo posible por apuñalar a Gu Louyin con cada uno de sus movimientos. Xiao Yuan podía ver que realmente quería la vida de Gu Louyin. Sin embargo, la espada de Gu Louyin seguía envainada y sólo se protegía con facilidad sin atacar. También estaba Fang Baichu, ansioso o excitado, gritando:
—¡Paren, ustedes, paren! ¡Dejen de pelear!
Xiao Yuan se apoyó en la puerta y durante un rato observó el espectáculo con gran interés. Fang Baichu fue el primero en verlo.
—¡Joven señor!
Mu Yingyang se detuvo al instante y miró a Xiao Yuan:
—¡Shixiong!
Xiao Yuan levantó las cejas:
—Vamos, el ganador aún no se decide.
—¿Qué no se decide? Un ciego puede ver que el Maestro Mu no puede vencer al Maestro Gu —dijo Fang Baichu.
Mu Yingyang apretó los dientes.
—Si dices una cosa más, ¿crees que te cortaré la lengua?
Fang Baichu se tapó rápidamente la boca.
—Yo no hice ningún movimiento, siento haberte despertado —se disculpó Gu Louyin.
—No me despertó tu pelea —dijo Xiao Yuan—. Me despertó el estar incómodo.
—¿Dónde está incómodo?
—¿Dónde crees?
Gu Louyin hizo una pausa y nuevamente se disculpó:
—Lo siento.
—Shixiong —Mu Yingyang se adelantó, señaló a Gu Louyin y preguntó—: ¿Por qué está en tu habitación?
—Yo lo invité —Xiao Yuan le restó importancia.
La cara de Mu Yingyang era aún más desagradable que antes:
—¡¿Por qué!?!
—No me encontraba bien, así que le pedí que me cuidara.
Como resultado, lo cuidaron toda la noche.
—Si no te encuentras bien, ¿por qué no me buscas a mí o a Fang Baichu sino a Gu Louyin? —preguntó Mu Yingyang.
—Porque sólo quería que él me cuidara —Xiao Yuan mantuvo su tono despreocupado.
La ira de Mu Yingyang se extinguió de golpe, sustituida por el asombro, la tristeza y la queja. Fang Baichu también respiró hondo y miró a Gu Louyin. Vio que la otra parte estaba imperturbable a primera vista, pero las comisuras de sus labios parecían estar ligeramente levantadas. Echó un vistazo más de cerca y sintió que lo había visto mal. Gu Louyin no parecía una persona celosa, debía haberse equivocado.
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El mundo entero es mi crematorio + Extras [Español]
Historical FictionXiao Yuan tenía una gran responsabilidad. Debido a ciertas restricciones, debía llevarse bien con un grupo de escorias. Cuando la misión se completó, las restricciones desaparecieron, y Xiao Yuan gritó de alegría: ¡Ah, este es el sabor de la liberta...