La fugitiva

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- Señores, les aseguro de que podemos llegar a un acuerdo, se que Lila cometió un par de robos, con gusto pagaré cualquier fianza que el reino imponga, y me aseguraré yo misma de que no vuelva a suceder.- Esto daba vergüenza, la Matriarca estaba discutiendo con los guardias como si fuera mi madre, y por si fuera poco, los guardias me habían encontrado.

Era inaudito, si bien era sabido que el reino sabía el lugar de la Madriguera, no pensé que los guardias se darían cuenta que yo estaría aquí, aunque claro, el principe me había contratado, fué idiota de mi parte volver directamente aquí.

Ya había sido un día largo y agotador, mi descuido y lujuria habían hecho que Marilin se enojara, y lo último que supe es que fue al cuarto de Kaz, de seguro él le llenara la cabeza de porquería.

- Si bien la fianza está fijada por los crímenes de robo, el problema es que escapó del calabozo, y por ese crimen la pena es muerte. Si quiere pagar la fianza de la señorita Lila, el cargamento de cultivos de este mes deberá ser gratuíto, de lo contrario, nos llevaremos a la puta y la ejecutar-- La matriarca se levantó de su silla furiosa y miró a los dos guardias con una sonrisa que escondía la ira del peor de los monstruos.

- No insulte a mis chicas, señor, debo recordarle que usted es cliente recurrente, y que llevamos registro de todas sus visitas, vuelve a insultar a Lila y le prometo que su esposa va a enterarse de la existencia de este lugar... En cuanto al cargamento de este mes, no puedo darle la totalidad gratis, puedo bajar el precio a la mitad, y no cobrarle el servicio de mis chicas claro, pero no vuelva a insultarlas. ¿Está claro?

El guardia intentaba mantener la compostura, y asintió, acordando el trato con la Matriarca.

- Esta bien... Mientras mas discreto sea esto, mejor. Hay otro asunto que discutir, y seguro no se ha enterado, pero la prisionera compañera de celda de Lila escapó el mismo dia, creemos que el escape de Lila escape le dió ventana a ella para irse. No queremos asumir nada, pero si la ven, esperamos que nos avisen lo antes posible.- Dijo mientras le entregó un dibujo de Marilin en su estado previo a que yo la arreglara estéticamente.

- Me temo que jamas he visto a esa destrozada niña, pero por supuesto no queremos problemas con el reino. Si es vista, se avisará inmediatamente.- La matriarca respondió he hizo una reverencia.- Creo que es momento de que se retiren, si tienen mas preguntas, son bienvenidos a utilizar los servicios como los usan normalmente.

Los dos guardias se levantaron y se retiraron de la habitación, una de las chicas guiandolos hasta la salida.

La Matriarca me miro con enojo una vez que se fueron y tomó asiento nuevamente en su escritorio, mientras que veía el ascensor de carga de la cocina un poco, un leve ruido se sentía.

- Mira lo que tu pequeña travesura nos costó... El dinero perdido en la cosecha se descontará de tu salario ¿Entendido?

- Si Matriarca, discúlpame.

- Lila, sabes que tu me puedes llamar por mi nombre en privado, estoy molesta pero no por ello debemos perder nuestras maneras.

- Está bien Ariadna... En serio lamento todo lo que cause, de verdad trato de dejar de robar y yo...- Pequeñas lagrimas brotaban y ella se acercó a limpiarlas suavemente.

- Ya ya, lo sé, y has progresado mucho, recaiste en un mal momento y lugar, pero reconozco tu esfuerzo, mientras no termines como cuando te encontré, estaremos bien. No seré menos estricta sobre el pago, pero acortare el cuanto te sacó por mes si sigues cumpliendo tu rol de hacer que Marilin se adapte a la Madriguera.- Su tono pasó de severo a mas preocupado, y yo suspire mientras que miraba a otro lado, al hueco del ascensor.

- Espero poder seguirla ayudando, cometí un error terrible y no se si me perdone.

- ¿Tu abuso en el uso de las pociones?

- Así es...

- Bueno, ella lo entenderá, pero desde ahora deja de usar la poción en tu cuerpo, o báñate antes de verla si lo haces. Eres de las más solicitadas por tus metodos justamente, no quiero arruinarte el trabajo, pero no es la primera vez que esto interfiere en tu vida personal... Ahora sube a Marilin, ambos sabemos que está en el ascensor, mandé a Vix a que la escondiese allí.

Inmediatamente me levanté e hice que el ascensor subiera hasta la oficina de la matriarca, ella me vió y se pegó contra la pared, ella hiperventilando y toda agitada, mientras que me veia asustada.

- Marilin, dios mío ven aquí... Ya estás a salvo, se fueron.- Traté de acercarme pero ella se retrajo un poquito mas.

- N-no... Alejate de mi, me trataste de usar y...

La Matriarca se acercó a ella se las arregló para sacarla de allí, abrazándola y sosteniéndola en sus brazos.

- Ya pequeña, esta todo bien, lo que pasó con Lila fue un accidente, necesito que respires, poco a poco te calmes y lo hablen. Los guardias ya se fueron, nadie entregará a nadie aquí.

Ella pareció calmarse un poco y asintió, bajando de los brazos de la Matriarca mientras me miraba, aún desconfiando un poco, pero se ve que la Matriarca le brindaba tranquilidad.

- Por favor, hablemos de lo que sucedió ¿Si?

- V-Vamos a mi cuarto, ahí veremos.- Claramente aún estaba nerviosa, pero entendí. Ambas miramos a la Matriarca y ella asintió, nosotras nos retiramos a su cuarto y una vez dentro, Marilin se sentó en la cama.

Silencio total e incómodo reinó por un buen rato, quise hablar pero, no encontraba palabras adecuadas. Ella agarró una muda de ropa de las que yo le había dado y me la devolvió.

- Explícate, por favor, Kaz me contó ciertas... Cosas sobre tí, ademas de que la ropa estaba llena de los perfumes mágicos, así que por favor dime que puedo confiar en tí.

Tomé la ropa y suspiré un poco, mirandola a los ojos mientras que me senté a su lado.

- Seguro Kaz te dijo que soy una adicta, que soy una loca, y que me quiero aprovechar.

- No con esas palabras, pero sí.

- Pues... Creo que exagera un poco ¿No lo crees? No... No diría que soy adicta a los perfumes, pero la verdad es que no se medirme, mi nariz no sirve y... Bueno, no puedo oler casi nada, cuando me doy cuenta, ya es que exageré. Si bien lo uso para trabajar, no distingo aveces entre los perfumes normales y las pociones y... Pasa lo que pasa con mi ropa.

- ¿Es una broma? ¿De verdad no puedes oler nada? Pero Kaz dijo...

- Kaz y yo cortamos porque él es celoso, pensó que iba a dejar de ser una zorra por él. Cuando no lo hice, bueno, discutimos... Amo mucho mi trabajo, y ganó bien como para dejarlo.- Reí un poquito y ella esbozó una ligera sonrisa.

- Aún no explicas por que me besaste con la poción en tus labios.

- Porque estaba caliente, y tu eres sexy. Volvía de coger con un cliente que me dejó con las ganas y... Bueno, no pude contenerme mucho. Como te dije, necesitabas confianza y te la di usando la poción en mis manos y labios... La Matriarca me ordenó ayudarte a adaptarte, yo... Me dejé llevar, dije lo que dije porque, bueno, no quería que te hicieras una idea erronea.

Ella se sonrojó un poquito, y me dió un pequeño abrazo, luego me abofeteo pero suave.

- Pues no lo vuelvas a hacer, claramente me hice la idea erronea... Te perdono, pero si de verdad te gusto un poquito... Yo...

- ¿Si?- Me sonrojé un poco mientras me acercaba mas a ella pero ella me apartó con una mano.

- Vas a tener que seducirme sin trampas... ¿E-entendido?

Ella se sonrojaba fuertemente y yo igual, antes de que pudiera responderle, se levantó y me abrió la puerta.

- Ahora, necesito descansar, vete antes de que cambie de opinión, si no mientes, mañana iras con Kaz y me traerás la muda de ropa que me prometió. Si tiene perfume mágico me enojaré mucho.

Asentí y salí del cuarto, luego ella cerró la puerta apenas puse un pie afuera. El sonrojo no se iba de mi rostro y mi mente estaba llena de pensamientos que por una vez, no eran totalmente sexuales.

- Carajo, creo que me enamoré...

La Madriguera de la ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora