Maldita sea, tenía que trabajar con la mitad de mi paga embargada ahora por culpa de mi codicia, y Marilin... Marilin me puso las cartas en la mesa, debía hacer las cosas bien con ella, ella confiaba en mi, y no podía volver a traicionar su confianza aunque sea por accidente.
Fuí a la habitación de Kaz a la mañana siguiente, vistiendo un camisón largo y mis bragas y golpee la puerta, él abrió al instante, desnudo y con ropa en la mano, claramente se estaba alistando para el turno.
- Buenos dias Lila.- Dijo el con un tono algo somnoliento, pero no quitaba su sonrisa de idiota de su rostro.
- Kaz, vengo por la ropa de Mari, ella dijo que tú se la prepararías.
- Si, al parecer tuvo un incidente contigo y no quiere que tu le prepares la ropa, dijo que intentaste drogarla.- El dijo mientras que yo caminaba dentro del cuarto, acercándose a mi y acariciando mis caderas suavemente, fruncí el seño un poco, pero respondí pegándome a él, apoyando mis nalgas contra su entrepierna mientras que sujetaba sus manos.
- Bueno, también tu le has llenado la cabeza de tus problemas de chico despechado, agradeceré si dejas de tratar de arruinar mi imagen mas, yo ya soy suficiente para eso.- Me di vuelta y agarré su miembro, apretando un poco fuerte y frotando, mientras que mi otra mano se acercó a su culo y lentamente metí uno de mis dedos dentro de su ano.
- Vamos, solo le conté la verdad, ella me lo preguntó. Además, ella merece conocerte mas, y no solo de lo que tú le puedas mostrar.- Él me arrojó suavemente a la cama y se puso sobre mi, mientras presionaba su miembro contra mi entrepierna. Hizo mi tanga a un lado y metió su miembro en mi vagina, haciéndome gemir suavemente mientras que lo seguía viendo algo molesta.
- P-Pues déjame a mi sola arruinar mi vida, sé bien que te lastimé mientras salíamos pero... Ugh, mas fuerte... T-tengo derecho a cometer mis propios errores.
- Ngh... Solo le advierto del lugar donde se está metiendo, no quiero verla herida como yo.- Comenzó a moverse más fuerte dentro mío y sacándome gemidos más fuertes mientras que yo me acerqué a besarlo profundamente.
- S-si ella quiere salir conmigo lo decidirá ella misma, yo no dejaré mi trabajo por amor si eso es lo que quieres. Ya tuvimos esta discusión.
- ¿Y si es por maternidad entonces?- Gimió el mientras se empezaba a correr dentro de mi vagina, besándome nuevamente mientras que yo intentaba contenerme, pero me terminé corriendo en su miembro y entrepierna.
- S-sabes bien que soy infértil... Pero amo como te corres dentro mío.- Suspiré, tratando se retomar mi aliento mientras que él me besaba nuevamente, luego se levantó para quitar su miembro de dentro mío.- ¿De verdad tenemos que seguir discutiendo? Se que tenemos diferencias pero...
- Oye, discutiendo es como tenemos estos encuentros. Descansa y yo le llevaré la ropa a Marilin, le diré que pasaste a pedirlas y que... Llegabas tarde al trabajo. ¿Si?
- No, si se las llevaré yo, se lo prometí. Por favor ponlas en la mesita de noche mientras yo me arreglo en el baño. Prométeme que dejaras de echar mierda en mi nombre.- Dije mientras que me acomodaba la ropa y me levantaba para darle un beso a Kaz.
- No puedo prometerlo si lo que digo es lo que creo, tendrás que convencerme mejor.- Dijo con una sonrisa pícara mientras que respondía mi beso y me guio al baño.
- Pues supongo que tendremos más discusiones, prepárale a Mari ropa para la recepción, Vix la está entrenando y uff, ella si que se ve bonita intentando imitar la ropa de Vix.
El asintió y comenzó a preparar la ropa, un conjunto bastante lindo de látex, cual sea la idea de Kaz, tenía estilo. Cerré casi del todo la puerta del baño mientras lo vi acomodar la ropa, asegurándome de que no la contaminara con poción. Una vez me aseguré ello, terminé de lavarme y salí, tomando la ropa y besando a Kaz antes de irme, yendo hasta la habitación de Marilin.
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La Madriguera de la Zorra
خيال (فانتازيا)Marilin es la princesa de Cor, el reino mas grande de Spes, o al menos lo era. El reino ha sido derrocado por una orden secreta y destruyeron cualquier vestigio del anterior linaje. Encerrada bajo el calabozo del castillo, cuenta sus días hasta su m...