Llevamos a Vix al cuarto de Lila para atarla en la cama, ella no puso mucha resistencia con ello pues estaba divirtiéndose, até sus manos al cabezal de la cama y vendamos sus ojos a la par que le quitamos toda la ropa. Lila estaba besando lentamente todo su cuerpo a medida que la desvestíamos, pues estaba aplicando su labial por toda su piel.
- Ay Lila, sabes que soy inmune a tu poción.- Vix dijo mientras que entonces ví que Lila se acercó a su entrepierna y le sacó un plug anal que traía puesto, debía ser igual al que usaba Lila, pero cuando se lo sacó vi que la respiración de Vix se agitaba mas.
- Si si, inmunidad prestada, veamos que haces sin esto. Mari, es toda tuya, demuestra que has aprendido con Max y Laura.- Lila dijo y se recostó junto a Vix. La vista era preciosa, la chica que me daba ordenes desde el primer día, desnuda y a mi merced, sus hermoso cuerpo color chocolate marcado y musculoso, que era tan dominante con todo el mundo, se mostraba tan pasiva, dispuesta a que yo tomara el control.
Me acerqué a Vix y acaricié sus mejillas, estaba dispuesta a incluso ser algo ruda, debía practicar, pero me habían enseñado una cosa y era indispensable.
- Bien Vix... V-Vamos a jugar. ¿Cuáles son tus límites? ¿Qué es lo que no puedo hacer?
- Solo no te pongas asquerosa conmigo y nada de cortadas o golpes en el rostro, fuera de eso, eres libre de hacer cuanto gustes y probar tus límites... ¿Palabra de seguridad?
- La palabra será... "Guardias".- Besé su frente y baje hasta su cuello para mordisquear un poco. Ella soltó suaves gemidos mientras que acaricié sus grandes pechos suavemente y apretándolos.
Me quité la ropa, dejándome solamente mi ropa interior mientras miraba a Lila y me toqué los labios, ella entendió inmediatamente y me dió su labial. Me lo apliqué y besé profundamente a Vix mientras sujeté uno de sus pezones y lo apreté con fuerza, ella soltó un gemido mientras me separaba del beso y agarré su otro pezón para retorcerlo un poco.
- Bien... Vix ¿Piensas decirnos quién cliente de Ari? Solo soy una novata, no conozco mis límites, tampoco los de mi magia.- Mientras sostenía sus pezones, me concentre para que en mi mano izquierda hiciera frío, y en la derecha mucho calor.
Ella empezó a retorcerse y a gemir, llevé mi mano helada hasta su entrepierna, procuré que el frío fuera tan intenso como el hielo, acariciando su vagina suavemente.
- A-ahh... Mmmm... V-Vas a tener que hacer mas para que... Ahh... Para que diga algo.- Vix dijo y yo metí uno de mis dedos helados dentro de su vagina, haciendo que gimiera con mas fuerza.
- Perfecto, era justo lo que esperaba oír. Lila, quítate la ropa y siéntate en su rostro sin dejar que toque tu vagina, desde aquí puedo oler lo mucho que te calienta vernos así... Vix, voy a torturarte como nadie lo hizo, llegas a sucumbir a la tentación de comerte a Lila, y te voy a castigar.- Dije con una sonrisa algo malvada en mi rostro, estaba disfrutando demasiado de todo esto, dos chicas hermosas bajo mi control, su placer estaba directamente en mis manos, y sus gemidos eran música para mis oídos.
Lila me obedeció y se quitó el vestido, arrodillándose en la cama frente a ella, y poniendo su entrepierna a la altura de su cara sin tocarla. Ella empezó a tocarse, los fluidos de su vagina cayendo sobre el rostro de Vix, ella moviendo la cabeza, intentando resistir la tentación.
Me acerqué a la cabeza de Vix y tuve una idea algo macabra, puse mis dedos sobre su frente y concentré toda mi magia para poder hacerla sentir cosas sobre su cuerpo entero. Muchas manos sujetando sus pechos, brazos, piernas, nalgas, apretando y toqueteando, dedos metiendose en su vagina y pellizcando sus pezones. Desde luego, yo podía sentir todo ello como si me ocurriera a mi, pero podía ignorarlo.
Vix se retorcía y gemía con fuerza, era increíble pensar que yo podía causarle esto solo con mi mente y un poco de imaginación. Ella sacaba la lengua lascivamente, recibiendo los fluidos de Lila en su boca, y en cuanto los probó, ella no pudo evitar levantar la cabeza y empezar a lamer la vagina de Lila.
- Ah, Vix, te has portado mal... Voy a tener que castigarte.- Solté su cabeza y me dirigí al maletín de juguetes, colocándome el cinturón con el orificio al frente y me di cuenta que era para poner cualquiera de los consoladores que venían en el maletín. Puse uno metálico de 15 centímetros en el orificio y me acerqué a la entrepierna de Vix, acariciando con la punta del consolador su vagina.
Lila me miró mientras contenía sus gemidos, separándose levemente de Vix y quitándole la venda para que pueda ver lo que le esperaba.
- ¿Vas a hablar Vix?
- Yo... Ahh... Por favor ten piedad, jamás me había sentido así...- Pedía piedad, pero en sus ojos había deseo, había éxtasis, y deseaba este castigo.
Mi visión se estaba nublando, abusé demasiado de mis nuevos poderes, pero había valido la pena. Lentamente penetré la vagina de Vix y empecé a moverme lento y profundo, haciendo que ella gimiera con mas fuerza mientras que Lila se acercó a besarme, agarrando mis nalgas y empujando mas mis caderas contra Vix.
- Vamos Vix ¿Quieres correrte? Dime aunque sea un nombre, y podrás hacerlo...- Dije mientras continué moviéndome, mi cuerpo llegando a su límite, pero no me iba a detener hasta sacarle algo.
- N-Ngh... El... Patriarca del Nido de Ratas.- Dijo ella gimiendo mientras yo la embestía con fuerza, Lila dejo de besarme, sorprendida por la respuesta, mientras que yo me acerqué mas a Vix mientras la embestía y susurré en su oido.
- Puedes correrte... Hazlo.
Ella no tardó mucho en obedecer, gimiendo con fuerza y manchando toda la cama y mi entrepierna, mientras yo empujaba lo mas profundo posible dentro de su vagina, antes de que me desmayara del cansancio sobre su cuerpo.
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Desperté abrazada por Lila y Vix, ambas desnudas a mis lados. Cuando notaron que desperté, Vix me besó y luego Lila hizo lo mismo, acaricié el rostro de Vix y sonreí debilmente.
- B-Buena chica... Ambas, las dos se portaron bien.
- No esperaba que la tímida princesa tuviera un lado tan salvaje ¿Y dónde aprendiste lo que me hiciste? Jamás sentí un truco mental tan fuerte.- Dijo Vix mientras acariciaba mis caderas.
- Ari me enseñó un truco pequeño, pero dijo que todo dependía de mi imaginación...
- Pues tu imaginación es mas fuerte de lo que imaginaba, y tu tolerancia también, si es el truco que creo...
- Si, sentí todo lo que te hice y fué muy dificil de soportar, pero tu carita lo valía.- Dije y la besé nuevamente, al parecer Lila se puso algo celosa, pues me abrazó por detrás con algo de fuerza y mordió mi hombro suavemente.- Tu también lo hiciste muy bien Lila.
- Gracias... Ama, ha sido un placer poder jugar contigo, y mas lo fué dominar a la recepcionista y jefa de seguridad.- Lila dijo y noté como Vix se sonrojó fuertemente.
- No le digan a nadie, tengo una reputación que mantener y...
- Lo sabemos Vix, tranquila, esto queda entre nosotras y las sabanas que mojaste.- Lila dijo mientras que le dió una pequeña nalgada a Vix.- Ahora respóndeme algo. ¿Sabías lo del Patriarca y no me dijiste?
- Son secretos entre la Matriarca y su mano derecha, no se les ocurra mencionarlo fuera de esta habitación... Lila, no te conté para que no te alarmaras, pero Ari tiene tratos de protección con el gremio.
- ¿Desde cuando?
- Desde hace un año, por eso se detuvieron los robos a las Zorras cerca de tu area de cacería...
- Entiendo, prometo que no te diré nada, gracias por decirme, aunque ahora estoy mas preocupada porque alguien identifique a Marilin, podrían usarlo contra Ariadna en cualquier trato que tenga con ellos.- Lila dijo y me abrazó mas, estaba preocupada por mi.
- No se preocupen, seré más discreta, casi no salgo de aquí asi que no creo que haya problema... ¿Les parece si nos arreglamos para ir a cenar? Muero de hambre.
Ambas asintieron y se levantaron, comenzando a vestirse frente a mi... No podía pedir mejor vista ni mejores amigas, tengo que volverme mas fuerte y no ser una carga para nadie, quiero ser capaz de protegerlas.
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La Madriguera de la Zorra
FantasyMarilin es la princesa de Cor, el reino mas grande de Spes, o al menos lo era. El reino ha sido derrocado por una orden secreta y destruyeron cualquier vestigio del anterior linaje. Encerrada bajo el calabozo del castillo, cuenta sus días hasta su m...