Pijamada

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Llegué a la habitación de Vix luego de una larga caminata en la que pensaba en volver a disculparme con Lila, pero la pequeña broma que le hice se sintió bien.

Toqué la puerta y una chica alta, cabello negro y cuyos pechos descubiertos tenía a la altura de la cabeza me abrió. Vestía solamente  unas bragas rojas y en cuanto me vió, se hizo a un lado.

- Y-yo creo que me equivoqué de cuarto...

- Tonterías, pasa, Vix dijo que vendrías. Soy Cassandra.- Su voz era suave y un ligero olor a vino se sentía en sus aliento.

Asentí tímidamente mientras que ingresaba al cuarto, era idéntico al mío, solo que las decoraciones eran negras. Se encontraban tres chicas mas y Vix, y a todas las reconocí por sus registros en el libro de Vix. Sus resumenes venian a mi mente a medida que las miraba.

Casandra, 27, pelo castaño y piel trigueña, cazadora, delgada, artista con las cuerdas.

Aiko, 21, pelo castaño y piel blanca, orejas y cola de gato, robusta, finge inocencia, especializada en oral.

Ludmila, 24, pelo rubio teñido y piel oscura, rellenita, puede con cualquier tamaño.

Molly, 25, pelo oscuro y piel oscura, delgada con buenas caderas, orejas y cola de lobo.

Las palabras flotaban sobre sus cabezas en mi mente, sacudí la cabeza al notar que estaba quieta observando, y mire bien la escena. Vix estaba sentada en la cama bebiendo de una botella de vino, mientras que Aiko y Ludmila se estaban besando y toqueteando, y Molly estaba justo saliendo del baño de la habitación, todas estaban semidesnudas.

- ¡Vamos! Bienvenida Mari, supongo que ya reconociste a todas las chicas, ponte comoda.- Vix dijo mientras que me acerqué a la cama y me senté a au lado, estaba temblando se nervios, aún no acostumbrada a la desnudez más que con Lila.

- Pensé... Pensé que Cor era un reino de humanos solamente, que las otras razas mágicas estaban en el otro continente.- Le susurré a Vix y ella rió un poco.

- Eso fué hace como quince años, las otras razas vinieron a este reino luego de... No importa, toma algo, ponte comoda, haremos algo divertido en un instante.- Ella contestó susurrándome. Sabía a que se refería antes, recordaba a mis padres discutiendo con algunos de los funcionarios sobre la guerra que habia entre los continentes, pero en ese momento era muy pequeña para entenderlo... Necesitaria clases de historia luego, ahora, iba a divertirme.

Tomé la botella y le di un pequeño trago, mientras que Molly se acercó a mí y se sentó, sus orejas me distraían un poco, pero eran bonitas. Ella me sacó la botella y tomo un trago, luego sonrió un poco.

- Bueno, así que esta es la princesita, eres muy bonita... ¿Tú la estas ayudando en recepción? Me dijeron las chicas que les llegan buenos clientes, que tú estás recomendando mejor, incluida a mí. Haces un buen trabajo cariño.- Ella me guiñó un ojo, pero yo seguía prestando atención a sus orejas.

- G-Gracias, hago lo mejor que puedo, los clientes solo dicen que buscan y... Busco en el libro.- La mire a los ojos y trataba de no bajar la vista, ella estaba totalmente desnuda pero obvio, a nadie le importaba.

- Bueno, mereces una recompensa por la parte del pago.

- Oh, bueno... Yo no-- Me interrumpió y me besó, traté de resistirme pero la chica sabia besar bien, respondí un poco al beso hasta que ella intentó tocarme los pechos, ahí me separé y tome sus manos para detenerla.- N-no quisiera este tipo de recompensa...

- ¿Qué? ¿Acaso no te parezco bonita?- Dijo ella en un tono triste pero claramente juguetón.

- N-no es eso, no he tenido jamás... Sexo consensuado, quisiera que mi primera vez sea por mi decisión.

La Madriguera de la ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora