No sé por qué, pero sabía que había sido lo correcto arriesgarme por la dracónida, ella había liberado a mamá después de todo, y gracias a eso, pudimos poner a salvo a Paz. Ella era buena, y necesitaba como yo, una segunda oportunidad para vivir su vida, de recuperar el control de la misma. ¿Pero qué vida iba a tener ahora? Yo me encontraba aquí, sobre la mesa del altar en donde alguna vez mis padres me habían bautizado y puesto mi nombre, donde me habían declarado oficialmente princesa... Y donde me iban a sacrificar para traer vaya a saber que horrores al mundo.
Miré a mamá por última vez, mientras gritaba y luchaba para intentar zafarse de sus esposas. Miré por última vez a Penélope, quien me había ayudado a llegar hasta este lugar y había luchado a mi lado. Miré por última vez a Vittorio... Lo lamento, Francisca murió por mi culpa, murió por querer ayudarme, y ahora moriremos todos. Miré por última vez a Kiria, lamento que tus únicos segundos de libertad, sean desperdiciados en una muerte sin sentido.
Xarina reía como loca, pero parecía que sus ojos habían perdido cierto brillo ¿Ella también estaba bajo un hechizo del líder de los encapuchados? Si ese fuera el caso, no me interesaba, esperaba que su muerte fuera la mas dolorosa de todas, ya que ella no entiende lo que se va a desatar en el mundo con mi muerte.
El hombre calvo levantó su espada lentamente, mientras parecía recitar una especie de oración. Unos grabados en la espada parecieron comenzar a brillar, la hoja carmesí recubriéndose de un brillo amarillo repugnante... Esta hoja maldita era lo único que podía matarme sin que yo explotara, pero este hombre usaría mi poder para causar una destrucción aún peor de lo que yo podría haber causado por accidente.
Miré al ventanal de la capilla, al símbolo de las tres diosas, la nieve se estaba despejando y podía ver las lunas brillando, podía ver como se acababa la lluvia de meteoritos... Que hermosa vista antes de morir, si pudiera pedirle un deseo a una estrella fugaz, como lo hacía cada que miraba al cielo en mi celda, le pediría mas tiempo. Desearía poder morir sin que mi cadaver fuera símbolo de la destrucción del mundo, desearía poder vivir una vida mundana y feliz junto a mi novia, poder pasar tiempo con mi madre, y divertirme con amigas...
Pude ver el campanario de la iglesia, esperaba que Lila estuviera bien, si no disparó antes, es porque algo había sucedido... O estaba esperando al momento apropiado. Una explosión, un ruido estruendoso se escuchó a lo lejos, seguido de la destrucción del ventanal, y seguido de un líquido caliente cayendo sobre mi rostro.
Sangre, la sangre del hombre que iba a matarme estaba sobre mi cuerpo, el hombre de rodillas en el piso, retorciéndose de dolor mientras agarraba su brazo derecho, su mano deforme había caído sobre mí. Él se estaba arrastrando hasta la espada, trataba de finalizar el ritual sea como sea, pero escuché otra explosión.
El tiempo parecía haberse detenido, y un brillo intenso se manifestó frente a la espada. Un zorro de nueve colas apareció frente al hombre calvo, sujetó la hoja maldita por el mango con los dientes, y empezó a correr hasta la puerta de la capilla, donde otro brillo intenso se manifestó y y el zorro lo cruzó majestuosamente. Había desaparecido el animal con la espada, y el tiempo se empezó a normalizar... El producto de la explosión alcanzando la cabeza del hombre calvo, y haciéndola estallar ante mis ojos.
Me sentía aliviada, pero a la vez me sentía algo frustrada, no sabía quien era este tipo, no sabía que quería realmente conmigo, solo sabía que quería usar mi poder y casi lo consigue, pero a este tipo... De él no sabía ni su nombre, solo que era malo.
- ¡No! ¿Qué hiciste?- Gritó Xarina con todas sus fuerzas, mientras se acercaba a agarrarme del cuello. El resto de los encapuchados había escapado, y mientras que Kiria parecía alcanzar unas llaves de las esposas de un cadaver de los magos... ¡Los magos! Tenía que liberarme antes de que muriéramos por la explosión.
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La Madriguera de la Zorra
FantasyMarilin es la princesa de Cor, el reino mas grande de Spes, o al menos lo era. El reino ha sido derrocado por una orden secreta y destruyeron cualquier vestigio del anterior linaje. Encerrada bajo el calabozo del castillo, cuenta sus días hasta su m...