Junto a Lila, atravesamos el portal a la Madriguera mientras cargábamos a Kiria, quien aún estaba desmayada por la pequeña broma de Lila... Carajo, sus huesos debían ser de metal o algo asi, pesaba mucho mas de lo que aparentaba.
- Entonces... Llegaremos a la Madriguera, la metemos a la ducha y le hacemos cosas salvajes. ¿Ese es el plan, Mari?
- No Lila, primero tengo que hablar con Paz y ver que esté bien, además de que tengo que hablar con mamá sobre todo lo que pasó. Las muertes de Francisca y probablemente en unas horas Vittorio, están en mi conciencia, no... No puedo simplemente dejarlas pasar como si no me hubiesen importado, gracias a ellos es que pudimos llevar el plan a cabo...
- No es tu culpa Mari, ellos sabían el riesgo de esta misión... Y nadie esperaba que él tuviera un arma capaz de hacerle eso a alguien supuestamente inmortal. ¿Tu tienes alguna idea?
- Según tengo entendido, la inmortalidad de la Baronesa tenía que ver con un contrato demoníaco.- Ahora que el demonio que la acechaba estaba muerto, podía hablar de él.- Y que la espada destruyó lo que fuera que la mantuviera con vida...
- No quiero ni imaginar que podría hacer un arma así si hubiera absorbido tu poder.
- No tengo idea, si hubiera estado en buenas manos... Yo...- Ahora que lo pensaba, quizá era mi única manera de morir sin destruir a todos.- Olvídalo, lo que pasó, pasó...
- ¿Y la espada donde está ahora?
- No tengo la menor idea... Tuve una visión algo extraña cuando disparaste, pero no estoy segura de que fue. Sea lo que sea, se llevó la espada del alcance del hombre malo, antes de que lo mataras claro.
- Supongo que las diosas tuvieron algo que ver, digo, se esforzaron bastante en retrasar el tiro hasta el momento adecuado.
- No creo que esas hayan sido las diosas, quizá fue solo el clima.- Salimos del portal, y continuamos arrastrando a Kiria hasta el salón principal.
Vix nos esperaba allí, mientras intentaba calmar a varias de las zorras, en cuanto llegamos, el silencio se hizo presente, excepto por las palabras de Vix.
- ... Entiendo que muchas estan asustadas, la destrucción del castillo probablemente genere repercusiones, pero estén seguras de que nadie perderá su trabajo. Y si, fue cosa de la Matriarca, no revelaré sus motivos, ni revelaré que causó la destrucción, pero sabemos que al parecer, la iglesia de los hijos de la luz tomará el control del gobierno de momento. Tenemos contactos ahí, asi que nos aseguraremos de que no se prohíban nuestras actividades, y si lo hacen, seguiremos operando con mas discreción, eso nunca nos ha detenido.
Muchas de las chicas nos estaban viendo, las que eran híbridas con alguna raza mágica parecían mas asustadas, quizá porque era cierto que los dracónidos espantaban a otras criaturas antaño. Kiria despertó del desmayo y empezo a mirar a sus alrededores, pero no dijo nada aún.
- ¡Marilin, regresaste!- La primera en recibirme fue Paz, la pobre estaba toda golpeada y desaliñada, lágrimas habían estado corriendo por sus mejillas, pero había una enorme sonrisa en su rostro, ella se acercó corriendo y me abrazó con fuerza, esquivando levemente a la dracónida.- Gracias... Tú me salvaste, tu y Ari, y Kiria... Si no hubiesen venido, yo habría terminado como...
- Lo sé... Lamento no haber podido salvarlos, pero tu ya estás bien...- Dije mientras me aferré a Paz, abrazándola y tratando de contenerla.
- ¿Qué pasó con Vittorio?
- Él... Se quedó con Francisca. Esperamos que vuelva antes del amanecer, pero estaba empecinado a esperar a que ella despertara.
- No volverá... En sus ojos lo ví, el no volverá aquí...- Paz susurró mientras se separaba del abrazo un poco, pero trató de mantener la sonrisa con la que me había recibido.- ¿Trajeron a Kiria? ¿Se nos va a unir?
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La Madriguera de la Zorra
FantasyMarilin es la princesa de Cor, el reino mas grande de Spes, o al menos lo era. El reino ha sido derrocado por una orden secreta y destruyeron cualquier vestigio del anterior linaje. Encerrada bajo el calabozo del castillo, cuenta sus días hasta su m...