Transformación

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Han pasado ya seis días desde que la Matriarca se fue de viaje, y no hemos recibido noticia alguna de ella, ni por parte de Vix. Las cosas se han calmado desde que atraparon al asesino de Kaz, aunque me daba rabia pensar que esto es culpa de Mari, ella lo marcó al fin y al cabo. No quiero echarle en cara la culpa, después de todo es mi novia, pero su descuido causó mucho daño... Se lo habría dicho ya hace seis días, pero no me dejan entrar al cuarto.

Cada que intento entrar a la habitación de Mari, Darieth sale y me explica que la situación es delicada, pero que está bajo control. No puedo evitar sentir el calor emanando de su habitación, se siente como si se hubiese prendido fuego, pero si fuera el caso, estaríamos todos muertos o peor. Hoy me dirigí nuevamente a la habitación de Mari, ya habían pasado nueve días desde que se había sometido a ese procedimiento, y quería verla, necesitaba verla, si llegaba a pasarle algo, no sabía que iba a hacer.

Toqué la puerta de la habitación de Mari, y Darieth salió nuevamente, casi me dan ganas de golpearla, hacerla a un lado para poder entrar, pero en vez de eso, simplemente se hizo a un lado y me dejó pasar. No dijo una sola palabra, pero no parecía triste o sentía que hubiese fallado, así que la esperanza volvió a mi corazón. Entré a la habitación queriendo abrazar a mi novia pero...

- Darieth... ¿Quién es ella?- La figura ante mi... No era Mari, o al menos no se veía como ella, tenía al menos 1,80 de alto, era robusta, se la veía bien nutrida, tenía las uñas largas y al menos dos metros de cabello, las puntas rojas y el resto blanco. Esa persona estaba dormida, respiraba pacíficamente, ella estaba bien y sana, lo que me traía cierto sentimiento de calma.

- Ella es Mari, luego de sufrir tres años de segunda adolescencia en nueve intensos días.- Ahora que le daba un mejor vistazo a la habitación, habían docenas de bolsas de suero vacías en el suelo, varios baldes con agua turbia y esponjas, y la madera de la cama parecía haberse secado y agrietado, como si algunos años hubieran pasado sin que se cuidara.- Marilin ha estado sufriendo por los últimos días sin descanso, y yo apenas he dormido mientras la cuidaba... La habría arreglado un poco antes de que vinieras, pero te me adelantaste.

- Pero... ¿Cómo? Es una persona totalmente distinta...

- Bueno, la Matriarca le dio una poción que altera su cuerpo enteramente, y su genética. El cuerpo tuvo que adaptarse a sus nuevos genes, y todo lo que sufrió estos días, fueron sus órganos reacomodándose y la generación de nuevos a una velocidad inhumana.

- ... Voy a fingir que entiendo la mitad de lo que me estas diciendo, pero en resumen, Mari está bien ¿Verdad?

- No me ves cavando una tumba ¿O si? Dale tiempo para que se recupere, y déjame arreglarla un poco, he de dejarla presentable para cuando se despierte, o ella misma se va a asustar.

Conociendo a Mari, se va a asustar de igual manera por ser unos centímetros mas alta, y por tener pechos mas grandes... Diosas, su cuerpo ahora es de otro mundo, ahora parece de verdad hija de Ariadna.

- Está bien... ¿Quieres ayuda?

- No, mi equipo de enfermeras ya se hará cargo, ve a darte una ducha o algo, se que estuviste esperando al lado de la puerta un par de días descuidando tu propia persona...- Darieth entonces procedió a sacarme de la habitación y cerrar la puerta, casi le grito, no tengo olfato sin Mari ¿Cómo iba a saber que apesto?

- Dari tiene razón Lila, apestas.- La voz burlona de Vix se escuchó detrás de mí, y volteé a abrazarla.- Ya, ya, también me da gusto verte... ¿Cómo estas?

- Mejor ahora...

- Si, tenemos que hablar sobre tu estado... Estoy preocupada sobre tu estabilidad mental.- Vix dijo de la nada y me aparté un paso, algo confundida.

La Madriguera de la ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora