Zorra de largo alcance

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No entendía por qué de todos los lugares, Ari tenía que citarme al helado techo de la Madriguera, la he visto enseñándole a Mari en interiores, conozco la historia de como Zoe hizo explotar un depósito de aceites y perfumes, creando el que ahora sería el sótano y taller de la mansión, y ni hablar de las veces que Ari hizo explotar su propia oficina jugando con pociones. ¿Por qué yo tenía que entrenar en el techo?

Estaba viendo el atardecer, y al mirar para abajo del balcón, pude ver como Mari salía a la nieve, y la vi extender sus manos y vi como la nieve se derretía a su alrededor, si estaba practicando magia, al menos sus efectos no estaban llegando al techo.

- Oye, no vayas a saltar, que para eso no te traje al techo.- Sentí la mano de la Matriarca agarrar mi hombro derecho, mientras ella se apoyaba contra el balcón a mi izquierda, al voltear a verla, vi que traía un maletín de al menos dos metros... ¿Qué estaba planeando?

- Hola Ari, si fuera a hacer eso, probablemente sería mas dramática y espectacular... ¿Qué hay en el maletín?

- ¿Qué tan buena puntería tienes?

- Depende con qué, con cuchillos soy buena, con una resortera soy la mejor, y con una ballesta jamás he fallado, pero me cuesta recargarlas a veces... ¿Traes una super ballesta en esa cosa? No hay dragones en Cor hace siglos.

- No es una ballesta mata dragones, pero con la potencia de esto podrías matar uno con la precisión de un bisturí.- Ella bajó el maletín y lo abrió, al verlo, pude vislumbrar algo que había visto una sola vez en mi vida.

- No jodas. ¿De donde sacaste un rifle de tirador mágico? Cuando era Rata me hicieron robar los planos de algo parecido.- Saqué el rifle, ignorando la otra arma que había en el maletín, y me puse a examinarlo.- El cañón es algo pesado, pero seguro me puedo acostumbrar al peso...

- Woah, no pensé que conocieras esta arma, o al menos que hayas visto algo parecido... 

- A Blair le gustaba coleccionar réplicas de armas que robábamos, ninguna funcionaba, pero conocía muchos de los prototipos, le agarré cierto gusto a estas, pero cuando me hice Zorra, dejé de interesarme tanto por estas cosas.

- Bueno, si me demuestras que puedes manejarla, esta será tuya, pero Vix me informó de tus problemas de ira recientes... Tienes que tener la mente fría para usar un arma como esta ¿Entendido?- Carajo, Vix me delató... Pero era entendible, tomé una buena bocanada de aire y asentí a Ari, entonces ella me alcanzó la mira del rifle y me apuntó hacia una muralla a lo lejos.

Miré a través de la mira telescópica y pude visualizar unas botellas, probablemente de algún borracho que las dejó ahí.

- ¿Quieres que les dé esas botellas?

- Así es, están a más de un kilometro, si las destruyes desde aquí, voy a confiar en que puedes usar esto responsablemente. No soy estúpida, se que con Mari idearán un plan tonto estos días para atacar al imperio, y que no puedo detenerlas, así que mejor les doy herramientas.- Ella sonrió y asentí, montando la mira en el rifle y posicionándome en el suelo, pechos contra el suelo mientras apuntaba a las botellas.

Relajé mi respiración, el viento frío parecía detenerse mientras que que la cruz en la mira se posicionaba sobre mi objetivo. Cargué una de las balas en la recámara del rifle, y el calor del cristal mágico en la empuñadura empezó a aumentar levemente, absorbiendo el flujo mágico de mi cuerpo, era perfecto ya que esa magia en mi interior normalmente era desperdiciada por mi incapacidad de usarla. El mecanismo de estos rifles era simple, pero a la vez una obra maestra: el calor del cristal calentaba un pequeño pistón, generando presión en el aire atrapado en su interior, al presionar el gatillo, libero la traba del pistón, lo que golpea la bala, encendiendo la pólvora en su interior y esta al estar dentro de un cañón, solo tenía una dirección en la que salir, concentrando los gases de la explosión hacia delante.

La Madriguera de la ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora