Un día agitado

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- L-Lila, no puedo ponerme caliente ahora, tengo que ir con la Matriarca a clases.- Dije mientras me ponía mi mascara nuevamente, pero el efecto no se pasaba, al parecer no bloqueaba hechizos ya activos.

- Lo se... Carajo, tengo que arreglarlo.- Ella salió del armario junto s mi mientras que yo juntaba las piernas en un intento de contenerme. Recordé lo que había pasado en el Zorro de Fuego y se me ocurrió como detener esto.

- Lila, necesito agua ya, llévame a un baño por favor.- Las piernas me temblaban ya suficiente del cansancio entre el ejercicio de hoy y el trabajo, así que me apoyé en Lila hasta que me llevó al baño y me eché agua fria en la cara, tál como la vez pasada, el efecto se había pasado en unos instantes.

- Discúlpame Mari, fué un accidente...

- Lo sé, no te culpo, solo que ya sé como cortar el efecto.- Tomé una toalla del baño y le limpié los labios para besarla esta vez sin efectos secundarios, pero mis manos apoyadas en sus pechos suavemente.- ¿Quieres que vayamos a hacer algo después de mis clases con la Matriarca? Quiero ponerte al día de algunas cosas.

Ella me devolvió el beso y lo hizo mas profundo, no quería llegar tarde con Ariadna pero disfrutaba mucho de como besaba Lila, sus manos recorriendo mis curvas sin permiso, pero yo tampoco oponía mucha resistencia, acariciando mis caderas mientras su pierna rozaba mi entrepierna lentamente. Incluso sin la poción que siempre usaba sus besos tenían un dulzor particular, me encantaba.

Decidí separarme del beso y Lila rió un poco mientras me tenía agarrada de los glúteos, apretando suavemente y separando mis nalgas.

- Creo que podríamos vernos después de tu clase para que yo te dé mi propia clase de... Manualidades.- En cuanto dijo eso apretó más mis nalgas mientras que sus dedos acariciaban mi entrepierna por encima de la ropa. Mordí su hombro para callar un gemido mientras que apretaba mas sus pechos, pero asentí.

Quería esto, quería hacerlo con ella, sabía prender mi cuerpo sin necesidad de sus pociones ni ningún truco, y hacía que la timidez que me quedaba desapareciera.

- M-Me gustaría... Nos vemos luego ¿si?- Aunque quisiera continuar, sabía que tenía responsabilidades que cumplir, me acerqué a besarla nuevamente antes de alejarme.- Prometo que iré a tu cuarto tras la clase.

- Está bien lindura, pero prometo que esta vez no te será fácil dominarme como antes.- Ella me soltó y me guiñó el ojo antes de irse.

Me lavé el rostro con agua fría para bajar la temperatura y recuperar la compostura antes de ir a la oficina de Ariadna y abrir la puerta.

- Buenas tardes Ari, lamento llegar tarde.- Dije mientras observé como había preparado su oficina para darme clase, un banquito y una mesa para que yo tomara notas, en la mesa había un cuaderno y un lapiz, y ella estaba vestida distinto a como vestía normalmente, con una falda lápiz negra y una camisa blanca, incluso trajo una pizarra para anotar cosas... Me recordaba a la maestra que tenía en el castillo, era demasiado familiar.

- Marilin, bienvenida ¿Te gusta? Quise vestirme como las maestras de los castillos y escuelas del reino.

- Ajá, te queda muy bien... ¿Que veremos hoy maestra?- Tomé asiento en el banquito y ella volteó el pizarrón, mostrándome el mapa del mundo.

 ¿Que veremos hoy maestra?- Tomé asiento en el banquito y ella volteó el pizarrón, mostrándome el mapa del mundo

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La Madriguera de la ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora