Que comience la diversión

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Annie estaba conduciendo el vehículo de Ariadna, Marilin, Vix y yo estábamos dentro, yendo hacia el castillo  para que las chicas fueran a la fiesta, Mari aún no se ponía el vestido que le preparó Naushika, pues era temprano, y al parecer antes iban a hacer una parada por el edificio del prostíbulo VIP para cambiarse.

Estaba nerviosa, no podría acompañar a Marilin desde dentro de la fiesta, pero sabía que iba a ser de mas ayuda desde afuera. Poco a poco nos acercamos al castillo, mientras que Ari estaba mirando por la ventana preocupada por los próximos eventos de hoy. La calle estaba llena de nieve, pero el vehículo parecía derretirla a su paso, lo que evitaba que nos quedáramos atrapadas en ella, pero el frío en los ánimos era mas que suficiente para causar incomodidad.

- ¿Cómo te sientes Mari?

- Como un arma de destrucción masiva siendo entregada al castillo... ¿Alguna vez sentiste algo parecido Lila? No es lindo, en lo absoluto...

- Bueno, cuando empecé a hacer los trabajos mas duros para las Ratas, la emoción en mi estómago era... Incontrolable, antes era una Rata de primera, podía meterme en cualquier lado sin ser detectada, y cuando me asignaban algo tan importante, volvía a sentirme como una novata, la presión era algo difícil de controlar. Una vez me metí al castillo, y me robé los calzoncillos del Emperador. Claro que me robé los equivocados y tuve que buscar los correctos, buscaba unos que tenían atada una llave para una habitación donde el Emperador jugaba con...

- Lila, estás desvariando, y no creo que Mari quiera saber tantos detalles sobre su captor...

- Oye Vix, al menos mi desvarío la distrae de los pensamientos destructivos.- Dije mientras veía a Mari sonreír, no sé si mi anécdota le hizo gracia o fue mas el hecho de que lo contaba como si fuera algo serio.

- En cualquier caso, nos estamos acercando a la iglesia... ¿Estás segura de que este es un buen lugar para disparar?

- Si Ari,  el campanario es el segundo edificio mas alto de Cor, además de que la capilla del castillo tiene vista directa al campanario de la iglesia, algo de que celebraban los sermones coordinadamente y que se yo, cosas religiosas. La cuestión es que el campanario da una vista bastante amplia de la capilla, si todo sale bien, esto acabará rápido.

Annie detuvo el auto cerca de la iglesia y suspiré un poco mientras agarraba mi equipo, quedaban un par de horas para que la lluvia de meteoros empezara, así que tenía tiempo de ajustar la mira.

En cuanto estuve por bajarme del vehículo, Mari me detuvo, sujetando mi mano, parecía que estaba por llorar, podía sentir que tenía mucho miedo ahora mismo.

- Mari... No puedo cuidarte el culo si no me dejas ir...

- Pero... ¿Y si es la última vez que nos vemos?

- Si es así, nos veremos en el infierno y mataremos demonios juntas, o nos torturarán juntas, lo que pase primero, pero eso no sucederá, tendré mi mira puesta en ti todo el tiempo, no dejaré que nadie te haga daño. ¿Entendido?

Ella no quería dejarme ir, tomaba mi mano con un poco de fuerza mientras miraba a otro lado. Me acerqué a ella y le di un beso, cosa que la sorprendió he hizo que me soltara, momento que aproveché para cerrar la puerta del vehículo.

- Lila...

- Nos vemos cuando caigan los últimos meteoros, feliz año nuevo Mari, tu puedes con ellos. Ari, nos comunicamos por el cristal del comunicación. ¿Ok?

Ella asintió y Annie aceleró el vehículo, alejándose de la iglesia. Yo suspiré fuertemente mientras que buscaba el camino hasta el tejado y empezaba a trepar por la torre del campanario. Esta maldita iglesia era la que me había convertido en lo que soy hoy, donde Blair me inculpó de robarle al jefe, causando que me abrieran el abdomen y me quemaran el rostro.

La Madriguera de la ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora