El diario de Almendra Crepito: Despertar

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Día ???, 5964... O 5... Ya no recuerdo ni que día es, perdí la cuenta, se que estamos en verano, he pasado 150 años encerrada en esa maldita prisión de cristal, me obligaron a matar a mi esposo el rey, y terminé en este basurero. Me liberó el principe actual, eso creo, me dijo que estaba encarcelada injustamente pero que no podía perdonarme de manera oficial. No le presté mucha atención, y salí corriendo tan rápido como pude, no iba a darle tiempo a nadie de atraparme.

Me encuentro a las afueras de la capital de Tatiana, escondida en un contenedor de basura mientras voy camino a Cor, antes de eso pasé por la vieja estancia de mis padres y rescaté este diario y el grimorio de mi madre. Supongo que el diario me ayuda a recuperar la cordura un poco, soy Almendra A. Crepito, lo único que me queda es mi nombre, pero de momento no puedo usarlo, de seguro ahora mismo soy la mujer mas buscada.

Conseguí que un carrero me empiece a llevar hasta la frontera, con mucha suerte pasaría desapercibida, aunque no sé el estado de las cosas politicamente hablando, espero no haya mucho problema. Si llegaba a ser el caso, me detendría un buen tramo antes y prepararía un hechizo del grimorio o pensaría en un plan de respaldo para poder cruzar y escapar del reino.

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Día 78, Verano, 5965:

He pasado los ultimos cinco días atrás en una cabaña abandonada cerca de la frontera tratando de perfeccionar una poción de invisibilidad, pero no la necesité después de todo. Una caravana de los Hijos de la Luz estaba pasando, y cuando les expliqué que "mi marido me echó de la casa y estaba desamparada", no dudaron en darme un hábito de monja y ayudarme a cruzar.

No iba a mentir, nuna fuí una chica muy religiosa, pero esta vez la iglesia me había salvado, no iba a dejar ir esta oportunidad. El pequeño grupo peregrinaba hacia Cor para instalar una nueva iglesia allí, y yo decidí que al no tener mas a donde ir, este iba a ser un nuevo comienzo para mi, quizá podía usar mis conocimientos en magia para ser una curandera.

Llegamos al area designada de la construcción, donde la iglesia ya estaba a medio levantar, y nos pusimos a trabajar todas en la edificación, mientras algunas ayudabamos a construir, otras ayudaban con la comida y con los cuidados médicos... Dejar la vida del castillo para ser monja era duro, pero la verdad era mejor que la alternativa.

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Día 13, Invierno, 5965:

Había olvidado que tenía este diario completamente, con tantas tareas en este lugar se pasa el tiempo rapidísimo.

Se construyó la iglesia en ocho decenas con la ayuda de todos los que estábamos ahí, incluso me permitían dar sermones de vez en cuando. Las otras hermanas y yo nos hicimos buenas amigas, obviamente invente una nueva identidad entera para que no se asustaran, aunque nadie recordase a la verdadera yo.

Con la ayuda de hechizos y brebajes, adapté mi cuerpo para convertirme en matrona y nodriza, y poder alimentar a los bebés del orfanato, extrañaba la sensación de ser madre, extrañaba a mis hijos y a mi familia.

No se qué me deparaba esto de ser monja, pero de momento me ayudará a pasar desapercibida, quizá encuentre una razón de ser, una vocación.

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Día 50 de Invierno, 5966:

Año nuevo jamás se sintió tan solitario, ni al mismo tiempo tan cálido... No tenía ni a mis padres ni su excelente cocina, los chistes e historias, ni su amor, tampoco tenía a mi esposo e hijo, el reino que amaba o las celebraciones en mi honor. Pero aquí tenía una celebración distinta, especial a su modo, las hermanas y yo preparamos un banquete comunitario para los pobres y viajeros, y mientras en la ciudad lejana se veian las lamparas flotar como pequeñas estrellas en el cielo, la lluvia de meteoros era lo único que iluminaba el cielo para el pequeño pueblo donde estaba apostada la iglesia.

Lamentaba no tener a nadie de mi antigua vida, pero debía honrar su memoria en este hermoso día, ellos quizá ya no estén en este mundo, pero están en mi corazón, y se que me acompañan en mi viaje a esta nueva vida, sé que aún puedo tener un final feliz, nuevos amigos, nuevo romance, solo... Debía seguir adelante, sin olvidar a los que me amaron.

Las monjas de este convento me querían mucho, incluso querían que me ascendieran a madre superiora, decían que mi devoción era pura y que mi misión era clara... Lo que sea que eso significara. Puede que fuera buena gente, que ayudara a todos los que lo necesitaban y que era caritativa, pero no soy devota a tal punto, y tal cargo iba a llamar mucho la atención, lo que mas debía hacer ahora era mantener un perfil bajo.

¿Qué tan dificil podía ser? Soy una mujer de 170 años que no envejeció durante 150 de estos porque estuvo atrapada en una prisión de cristal, aún podía fingir juventud y vivir una vida normal, con suerte nada malo iba a pasar.

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Día 90 de Invierno, 5966:

Bajo perfil mis ovarios, me hicieron madre superiora del convento por votación unánime.

En contra de mis deseos, me hicieron madre superiora y empecé a dirigir el convento, además de que la madre superiora anterior se fué a la capital de Cor para ayudar al crecimiento de la fé en esa zona. No es justo, yo no quería nada de esto, ahora ocultarme va a ser mas difícil que nunca, debía estar alerta pues mucha gente de la frontera venía a esta iglesia, contaba con que el hábito pudiera mantener mi identidad oculta.

Probablemente tenga que dejar de escribir en este libro y ocultarlo, si alguien lo encuentra y se pone a espiar, sabrán quién soy y me meteré en problemas... Es el último recuerdo que me queda de mi amiga, no voy a destruirlo tampoco, pero voy a tener que esconderlo lo mas que pueda.

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Día 38 de Primavera, 5969:

Dejé esto algo olvidado, pero valió la pena la espera, hoy empieza mi traslado a Cor, y podré ser madre superiora en una de las iglesias de la capital. Estoy orgullosa de mi progreso en el convento, y aunque deba dejar a la mayoría de mis amigas y compañeras en el pueblo fronterizo, se que este era un paso en la dirección correcta.

Me había hecho bastante conocida en el pueblo así que el traslado vino como anillo al dedo, mucha gente del pueblo me conocía como Almendra, pero mi apellido permaneció oculto por suerte, era cuestión de tiempo para que la gente empezara a unir los puntos así que decidí que lo mejor era irme de aquí, probablemente en la capital ya se habían olvidado totalmente del asunto de hace 150 años, así que no tendría nada que temer luego de este traslado, mi nueva vida comenzaba ahora, y podría dejar de vivir con tanto miedo.

La iglesia entera hizo una fiesta en mi honor, y aunque me entristecía marcharme, todos parecían apoyarme en esta nueva etapa, me llenaron de regalos incluso antes de irme, y lo mejor de todo, mi mejor amiga Jessica, paladín de la iglesia, me acompañaría en mi viaje.

Jessica se había trasladado desde la capital al pueblo fronterizo cuando inició la construcción de la iglesia, así que estaba contenta de vovler a casa luego de tantos años, también me dijo que en Cor su familia tenía una estancia, así que podía ir a visitar el lugar de vez en cuando, o incluso vivir allí si deseaba.

Odiaba tener que ocultarle lo de mi antigua vida a quien era ahora mi mejor amiga, pero era mejor así, no quería traer problemas a su puerta.

Mismo plan de antes con el libro, no volver a tocarlo hasta que sea realmente necesario, en cuanto al grimorio de mamá, comenzaré a aprender los hechizos de la familia y a crear los míos, si alguna vez mi pacífica nueva vida se arruinaba, quería estar lista, no dejaría que nada ni nadie se interpusiera en mi camino de nuevo... Merezco poder ser felíz después de todo, o alenos eso pienso.

Espero no tocar de nuevo este libro, si alguna vez vuelvo a escribir, es que hay problemas.

La Madriguera de la ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora