La Madriguera de la Zorra

No queda mucho tiempo para nosotras

Ari estaba reunida con Marilin ahora mismo, mientras que yo esperaba en su cuarto para beber algo con ella ahí, no podía evitar el ser honesta con mis sentimientos: estoy asustada.

Estoy asustada de que el mundo se vaya al carajo en cuatro días, estoy asustada de perder a una de las pocas personas con las que me siento cómoda de ser yo misma, y estoy asustada de que mi relación con mi novia termine antes de que podamos hacer cosas oficialmente... Y aún así, soy la que tiene que actuar tranquila y calmar al resto, porque todos están estresados, y si yo pierdo la cabeza, no haré mas que hacer el problema aún mayor.

Así que decidí que esta noche sería especial, no solo porque iba a coger con Ari, si no porque iba a hacerla sentir mejor que nunca, quería que esta noche fuera mas que memorable, porque posiblemente sería la última que podríamos compartir con esta calma.

Preparé una bandeja con una botella con champagne rosé adulterado con afrodisíacos en una champanera metálica llena de hielo, una bandeja con bombones surtidos, pero todos con almendras sobre los bombones, tanto para que sienta que pensé en su nombre, como para que recuerde el momento en que le salvé la vida y nuestra confianza creció enormemente.

Pude sentir sus pesados pasos acercarse a la puerta, y me dispuse a sentarme en el borde de la cama que estaba mas cercano a la puerta, usando un camisón negro y solamente mis bragas blancas. Cuando ella abrió la puerta, se la veía algo agotada, se ve que había sido un día largo, pero al verme allí, ella sonrió, cerró la puerta y se acercó hacia la cama.

- Vaya, estás hermosa Vix. ¿Cuál es la ocasión lindura?

- Pues la ocasión es que te amo y quiero darte una noche especial para consentirte, hemos tenido unas decenas de lo más estresantes y quiero que nos distendamos un poco, puede ser la última oportunidad que tengamos antes de año nuevo.- Dije mientras que agarré la botella de champagne y la descorché, el corcho dando contra el techo, y desafortunadamente rebotando contra la cabeza de Ari.- Ups...

Ella dio una pequeña risita mientras que agarró la botella y sirvió las copas que había dispuesto en la bandeja para ambas, mientras que se sentó a mi lado y empezamos a beber un poco, ella agarrando uno de los chocolates y acercándolo a mi boca. Yo me aseguré de morder el chocolate lo más sensualmente posible, acercando su mano a mi boca y lamiéndola desde sus palmas hasta sus cristalinos dedos.

- Veo que estás hambrienta...- Dijo ella mientras sonreía, su otra mano acariciando suavemente mis caderas.

- Oh, hambrienta por ti, Almendra...- Agarré uno de los bombones y lo puse en su boca, ella metiendo mis dedos a su boca y chupándolos, su lengua jugando entre mis dedos y sacándome un ligero gemido. Seguimos bebiendo hasta que la botella se acabó, Ari se había quitado el vestido para ese entonces, no estaba usando nada salvo unas bragas de encaje rojas, ella era imponentemente hermosa, sus pezones rosados y grandes daban ganas de chuparlos, pero yo estaba mas distraída con lo hermoso de su sonrisa, esa sonrisa valía cualquier esfuerzo que yo hiciera para verla feliz.

- ¿Sucede algo Vix? Estás sonriendo mas de lo usual.- Almendra dijo entre una pequeña risa, probablemente me quedé sonriendo como tonta al verla, sacudí la cabeza y me puse de pie para poder alcanzar su rostro y besarla suavemente.

- Solo disfrutando el momento... Quiero que me seas mía hoy.

- Me di cuenta, te pasaste un poco con el afrodisíaco en la bebida.- Una sonrisa pícara se esbozó en su rostro y lentamente me empujó a la cama.- Pero no te preocupes, te haré pagar por ello.

Ella sonrió maliciosa mientras se quitaba las bragas, yo mientras me quité la poca ropa que traía puesta y en cuanto me terminé de sacar las bragas, ella me empujó nuevamente contra la cama mientras posicionaba sus rodillas a los lados de mi cabeza, su húmeda vagina era lo único que estaba a la vista para mí ahora, su bello púbico pelirrojo afeitado en forma de corazón era un sexy detalle.