De vuelta a la cacería

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La Matriarca, Annie y Mari se fueron de paseo ayer y al parecer la Matriarca estaba de buen humor ya que me dejó salir a trabajar de vuelta a las calles, mi terreno donde tengo la mejor ventaja. Me puse un vestido cómodo pero bonito, color rojo con escote bastante pronunciado y salí con el resto de las cazadoras a la ciudad.

Nos dividiamos la ciudad entera en nueve distritos segun los puntos cardinales, y yo usualmente trabajaba en la zona central, cerca del castillo, pero por cuestiones obvias, ya no podía ir ahí, asi que fuí a la zona sur. Ahi operaban los bancos de la ciudad, entonces muchos hombres con dinero y ganas de gastarlo estaban en la zona.

Las tarifas de las chicas también cambiaban dependiendo de la zona. La moneda de esta ciudad era de hecho bastante simple y se dividía en tres categorías:
- Los centavos de oro, fichas con un 1% de oro concentrado en el centro.
- Las monedas de oro, fichas con un 10% de oro concentrado alrededor de la moneda, vale diez centavos.
- Las medallas de oro, fichas 100% de oro, vale diez monedas.

El sueldo decenal promedio en Cor es de 5 medallas, y nuestro servicio cuesta 5 monedas, una mas o menos dependiendo de la zona o del acuerdo que lleguemos con el cliente. Por eso me molestaba no poder salir a trabajar a la calle, yo obtenía una ganancia de 50 monedas diarias por mi trabajo y en la madriguera apenas y obtenía la mitad.

Hoy tenía que esforzarme el doble, pues en esta zona trabajaban las mejores Zorras, así que tenía que ponerme a tono.

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Estaba agotada luego de una muy larga jornada, pero había conseguido al menos 40 monedas el día de hoy, estaba a punto de volver a la Madriguera pero en eso que estaba en la calle para abrir el portal en un callejón, pude sentir como alguien me agarró por la espalda y me cubrió la boca. Inmediatamente mordí su mano mientras que sostenía mi daga contra su estómago, pero en cuanto lo hice, sentí un sabor muy particular, fue entonces cusndo me di la vuelta y abracé a la persona que me había sujetado.

- Lila, no esperaba verte aquí, muerdes fuerte.

- Blair, no vuelvas a aparecer atrás mío de esa manera, sabes que vengo armada... ¿Qué estás haciendo por acá?

- ¿Bromeas? Es una zona bancaria, robar aquí es como arrebatarle caramelos a niños.

- Tienes un punto ¿Hay mas gente del Nido aquí? No quisiera meterme en problemas.

- De hecho quería hablar contigo sobre eso, tu jefa y el mío se van a reunir hoy a negociar, así que quería que me acompañes a... Espiar en la reunión.

Miré a Blair un segundo y sonreí con picardía antes de besar su mejilla. Él abrió entonces la tapa de la alcantarilla que estaba en el callejón, me arremangue el vestido y ambos nos metimos por allí.

- Que bueno que no te sirve la nariz, esta entrada apesta más cada día.

- El aire es tan denso que puedo sablrearlo, no creas que me salvo de esto. ¿No van a prohibirme el paso los guardias?

- Pues tu Matriarca está de invitada en el nido, así que simplemente les diré que vienes con ella. Todo el mundo sabe que eres una Zorra ahora, y si bien algunos te guardan rencor, los pocos que lo hacen tienen cosas mas importantes que hacer, además entrarás con las esposas especiales.

- Ahhgg está bien, accedo.

Continuamos recorriendo las alcantarillas por unos diez minutos hasta que llegamos a una puerta metálica resguardada por un guardia encapuchado, de tez morena, al que reconocí inmediatamente por una cicatriz en su labio inferior, una que yo le causé.

- Blair ¿Qué hace la traidora aquí contigo?

- No lo sé, Blair ¿Qué hace manos de manteca en la puerta?

La Madriguera de la ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora