El taller embrujado

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- Gracias por venir Mari, honestamente no pensé que vendrías, pensé que estarías molesta conmigo.

- P-Pero yo fuí quien no se portó bien, no entiendo por que yo estaría molesta con...

- Porque sigo pensando en que no me pongo en tus zapatos, y creo que debí ser un poco mas amable, pero bueno. Dejémoslo atrás, se que no tenías malas intenciones, y el hecho de que te acordaras de venir hoy es suficiente como para que se me pase cualquier mala sensación que me quedara de ayer.

- Ay, que tiernas, las amigas ya se arreglaron por lo que veo.- Lila se burló un poco mientras ponía su bolso en el piso y empezaba a hurgar dentro del mismo.- Entonces Annie, te quieres vengar de las pendejas de limpieza, por suerte para ti, yo también estoy enojada con ellas en general... No es que no nos hayamos hecho cargo de las culpables, pero con las de limpieza siempre hay problemas, y quiero empezar por darle mas trabajo a mi ex por hablar mal de mí.

- Oh, así que lo tuyo es personal... Bueno, ¿Tenían planeado algo en especial o vinimos a improvisar?

- Bueno, la idea es asustar a la chica de la limpieza que viene todos los días ¿Verdad? Quiero que traigas tu vehículo, si nos dejas decorar un poquito aqui, te prometo que tendrá un susto del que jamás se recuperará.- Honestamente, no sé que tenía pensado Lila, pero la actitud que tenía simplemente me llevaba a seguirla en su plan, costara lo que costara.

- Okay, traeré el vehículo ¿Necesitas algo mas?

- Quiero que cubras las ventanas de tal manera de que no se vea quien conduce... Mari, se que estas en tu periodo y quizá te duela, pero necesitamos encantar algunas cosas ¿Crees poder hacerlo?

- Si Llla, con gusto me esforzaré con esto... Ya estoy ansiosa de ver que tienes planeado.

...

Habían pasado algunas horas, Annie y yo estabamos escondidas en el vehículo, Annie en el asiento del conductor, mientras que Lila estaba esperando cerca del portón de salida del taller. Las luces del taller estaban apagadas, y solo quedaba esperar.

- ¿Crees que va a funcionar?

- Estoy segura de que sí Annie, recuerda, te tienes que apegar al plan, en cuanto la de limpieza agarre la caja de herramientas que dejamos encantada frente al vehículo, la diversión va a comenzar... Alguien viene.

Nos aseguramos de estar calladas en el vehículo mientras escuchábamos a alguien bajar las escaleras, en cuanto vimos el pelo rosado, solo pudimos asumir que era una sola persona.

- Entonces Kaz es quien te ordena todo... Lila va a disfrutar esto, mucho.- No iba a mentir, me sentía algo mal ahora, Kaz me caía bien, y hacerlo pasar por esto quizá era mucho, pero ya era muy tarde para detenernos.

Las herramientas que había dejado en el piso estaban encantadas para que el que las agarrara empezara a sentir miedo, pero no un miedo paralizante, si no un miedo de supervivencia, de esos que te llenan de suspenso y adrenalina.

Kaz tomó las herramientas, y en ese momento Annie encendió las luces del vehículo y acto seguido encendió el motor, pisando el pedal para hacer ruido. Kaz se estaba asustando, su espalda contra el portón mientras que Annie encendió los faros altos del vehículo, encandilando al pobre Kaz.

El portón se abrió de la nada y en cuanto eso sucedió, Kaz se echó a correr hacia fuera a toda velocidad, tal cómo había planeado Lila, Annie hizo sonar la bocina y empezó a conducir para perseguirlo, no iba muy rápido porque nuestra intención era solo asustarlo, y le estábamos dando un susto de muerte.

El empezó a correr por el pasto alto desesperado, mientras Annie lo perseguía con el vehículo, Kaz gritaba de miedo mientras Annie se acercaba mas y mas.

La Madriguera de la ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora