Desperté en la cama de Lila luego de que ayer tuviéramos nuestro paseo de compras junto a mamá y a Vix, yo me desperté bastante temprano porque no quería molestar a Lila, tenía que salir sin que nadie lo viera y sin revelar mi objetivo: debía ir al Zorro de Fuego para hablar con Zoe y finalmente entender por qué las diosas me habían salvado.
Me puse ropa cómoda, unos pantalones de correr, una camisa blanca y un suéter marrón arriba, y mientras todos dormían, decidí escabullirme por el portal a la fábrica de Naushika, pero alguien me agarró del hombro antes de que me retirara por la puerta.
- Buenos días hija mía, veo que estas algo apurada. ¿A dónde vas tan temprano si se puede saber?- Nadie mas que Ari me había sorprendido. ¿Cómo no la escuché? Es gigante, debería haber escuchado sus pasos a mas de cincuenta metros.
- Hola mami... Iba al club de Zoe, había quedado en reunirme con ella el día de hoy.
- Cierto, el club cierra hoy por refacciones ¿Para qué te necesita Zoe allí?
Necesitaba decir alguna mentira o Zoe no me iba a hablar de lo que queria hablar con ella.
- Es que, estaba pensando en algunas oportunidades de negocios para generar ingresos pasivos, entonces ella me iba a hablar para invertir en sus negocios.- Traté de sonar lo mas calmada posible, mamá me vió unos segundos, buscaba quizá qué ocultaba, pero entonces ella asintió y sonrió.
- Me alegra ver que seas ambiciosa hija, está bien, solo ten cuidado de que nadie descubra quien eres. Zoe es incluso mejor que yo en negocios, estoy seguro de que podrás sacarle provecho.- Ari se veía complacida por mi respuesta, y me dejó tomar el portal hasta la ciudad.
El taller de Naushika estaba cerrado, la veía a ella durmiendo en su oficina, así que decidí no interactuar con ella y salir del edificio, el local de Zoe no estaba lejos.
Las mañanas en la ciudad siempre eran muy tranquilas, las calles estaban casi desiertas y al ser invierno, la gente se quedaba a dormir en su casa, no había muchos de quién ocultarme. Caminé hasta la fachada de la Zorra de Fuego, me metí al bar por el que nos metiamos a la parte trasera del establecimiento, y una vez que le indiqué al dueño que venía de la Madriguera, me dejó pasar.
El local entero estaba siendo refaccionado, estaban modificando el escenario y varias cabinas, pero el sector vip de Zoe estaba casi intacto. Subí hasta su oficina y antes de que tocara la puerta, ella abrió, usaba una bata rosada y se la veía con sueño.
- Marilin, entiendo que te dije de venir hoy, pero... ¿Tan temprano? Si sabes que trabajo turno noche ¿Verdad?
- Hola Zoe, disculpa por venir tan temprano, quería irme sin causar sospechas y...
- Y ahora tu mamá me pregunta que clase de negocios tienes conmigo, espero tengas una excusa porque le dije que te preguntara luego de nuestra reunion... Pasa, vamos al lío.- Ella se hizo a un lado, y pasó para posicionarse detrás de la barra de bebidas, sacando un conjunto de pociones varias.
- ¿Qué es todo esto?
- Pues lo que quieres hacer es super peligroso y puedes morir, asi que primero tengo que explicarte lo que sucede. La poción que tomó el drogadicto por error, es una mezcla de tres pociones: la primera, es una poción de forma onírica, nada raro hasta ahí, el problema viene en la segunda poción, un veneno paralizante que puede detener tu corazón.
- Me estas diciendo que para ver a las diosas, me tengo que casi morir y no estar en mi cuerpo...
- Lo pillas rápido, lo que nos lleva a la tercera poción, una poción de regeneración, esto cancela la poción de veneno, pero te da el tiempo suficiente como para que tu alma no regrese enseguida. En resumen, para conocer a las diosas, vamos a morir y luego revivir en la misma hora.- Zoe empezó a mezclar las pociones, pero yo ya estaba asustada, definitivamente no quería morir, no sé en qué estaba pensando ella.
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La Madriguera de la Zorra
FantasyMarilin es la princesa de Cor, el reino mas grande de Spes, o al menos lo era. El reino ha sido derrocado por una orden secreta y destruyeron cualquier vestigio del anterior linaje. Encerrada bajo el calabozo del castillo, cuenta sus días hasta su m...