Con las cartas a favor

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Decidimos ir al cuarto del vampiro, donde él tenía su propio juego de cartas y al llegar ahi, me sentí algo decepcionada. Esperaba una habitación rojo sangre, adornos góticos y un ataúd por cama, pero las historias que leí sobre las especies del occidente, no podrían estar mas alejadas de esto. Su habitación era como cualquier otra de la Madriguera, solo que en la almohada había un par de manchas de sangre, supongo que dormía con su novia ahí.

Él abrió un cajón y sacó una baraja de cartas, y mientras los cuatro nos sentábamos en ronda sobre la alfombra. Había cierta tensión en el ambiente, no sé por qué, pero sentía que me estaba metiendo en algo quizá mas serio de lo que había planteado mas temprano.

Me dieron la baraja y comencé a mezclar, mientras que la cambia formas, quien adoptó mi forma, empezó a hablar.

- Muy bien lindura, jugaremos por ropa supongo, todos tendremos cinco piezas de ropa puesta, sin trampa... Ahora, debes saber que has cometido un error terrible al retarnos a nosotros a un juego de póker: un ser inmortal que tiene mas de cincuenta años de experiencia, un ser indestructible que jugaba con los mas grandes tramposos de todo el reino de Francis, y una cambia formas no solamente capaz de cambiar sus expresiones, sino de ocultarlas o hasta hacerlas desaparecer van a ser tus contrincantes.- Al decir esto ultimo, literalmente hizo su rostro desaparecer, podía ver mi cara totalmente plana, sin nariz ni orificios faciales... Eso me daría pesadillas esta noche.

- Si, no creo que haya sido muy sabio de tu parte.- Añadió el vampiro mientras que yo lo veía a los ojos al mezclar, estaba segura de que como había ordenado las cartas, me haría ganar la primer ronda. Sus ojos brillaban en un leve rosado, me había sentir algo ligera... Decidí no darle importancia al pensamiento y empecé a repartir.

- Bueno, ya definiremos lo sabio que es, sobre todo por una cosa, ustedes están jugando contra una estafadora profesio... ¿Qué carajos?- Al levantar mis cartas, me di cuenta de que tenía la mano mala que le iba a tocar al vampiro: par de dos, par de cuatro, y un cinco de tréboles.- Se supone que esta mano te iba a tocar a...

- No eres la primera ni la última en querer estafarme en las cartas cariño, y sabes bien que no debes mirar a un vampiro a los ojos mientras intentas sacar provecho de él, las cosas pueden salir de otro modo... Curioso, escalera real de color, debo reconocer que mezclas muy bien, pero esta mano todos han perdido.- El vampiro dijo y empezó a reír, mientras que su compañera y la cambia formas mostraban sus cartas, yo viéndome obligada a hacer lo mismo, mi mano era la peor del juego así que tuve que quitarme los zapatos.

- Bien jugado amor, voy a tener mucha diversión arruinando a esta pequeña tramposa.- La Baronesa dijo, mientras tomaba las cartas para mezclar y pude ver que tambien sería una contrincante difícil, pues su juego de manos era igual al mío, incluso me atrevería decir que era mejor. Ella repartió rápidamente y al levantar las cartas, pude ver que me había tocado una mano decente, quizá no era tan buena después de todo.

- Miren y lloren, póker de ases.- Sonreí mientras miraba las manos de los otros... Mi sonrisa se esfumó al ver que todos tenían la misma mano que yo.

- Mira de nuevo niña.- Al bajar la mirada, las cartas cambiaron a números totalmente al azar, era la mano que me había tocado originalmente, y era terrible, las manos de todos menos ella eran terribles.

- ¡No es justo! Sin magia ilusoria sobre el mazo. Mi única ventaja aquí es no mostrar las expresiones, pero si ustedes hacen mas trampa que eso no jugaré...- La que se quejó fue la cambia formas, y el vampiro sonrió un poco.

- Descuida, solo le enseñábamos a Paz un poco de humildad, si no quiere que le pateen el culo en la vida, mas vale medir mejor sus peleas. Empezaremos de cero, pero Paz empezará con una prenda menos por querer estafarnos en primer lugar... Me agradas Paz, tienes potencial.- Él agarró las cartas nuevamente y empezamos a jugar como se debía, me abstuve de hacer trampa y ellos también.

La Madriguera de la ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora