Vix había terminado su turno en la recepción y había ido a ayudar a la Matriarca a organizar cosas, y Marilin estaba siendo torturada por las empleadas de limpieza mas exigentes de toda la Madriguera, yo en cambio, tenía una visita no programada de mi amigo Blair así que en vez de llevarlo al cuarto donde atendía a los clientes, decidí por una vez que sería buena idea llevarlo a mis aposentos personales. En tres años que llevaba en este lugar, nunca le había mostrado mi cuarto, no se si era por seguridad o por respetar a las demás chicas, pero no había reglas en contra de traer amigos.
- ¿Así que este es tu cuarto? No voy a mentirte, es mas lujoso que nuestra habitación del orfanato o que las barracas de las ratas, pero le faltan tesoros de los robos.
- Prefiero que esos se queden en el Nido, además si la enfermera Darieth encuentra el libro de escrituras sagradas que robamos antes de... Mi accidente, sabrá que fuí yo quien lo hizo desaparecer en primer lugar, y sabrá que soy la razón por la que la expulsaron del convento.
- ¿La monja con cuernos y cola de vaca?
- Si, esa misma, ahora es enfermera aquí.
- ¿No era porque se cogió como a varias monjas, un predicador de alto rango y a los feligreses?
- O sea si, pero la empezaron a investigar a causa del libro adornado en oro desaparecido.- ¿Me sentía mal por ello? No, ella tenía mejor vida aquí que en la iglesia, pero quizá ella le guardara rencor al ladrón, mejor no averiguarlo.
- Entiendo ¿Tu jefa te dijo lo que va a pasar durante el eclipse?- Blair parecía algo emocionado por hablar sobre el plan del robo al castillo.
- Si, supongo que paga muy bien como para que alguien decidiera aceptar el trabajo.
- Si, especificamente está pagando 50 medallas a cada uno del grupo de asalto que yo voy a liderar.- Fué entonces que abrí los ojos de par en par, mi amigo era muy idiota, o muy idiota, y yo ya me consideraba a mi misma una idiota.
- ¿Vas a arriesgar tu vida ante el imperio por 50 medallas? Dime al menos que tienes un plan...
- Mejor aún, ¿Recuerdas el trato que hizo tu jefa con el mío? Nos dieron esto.- El me mostró un pequeño anillo con la forma de una rata, tenía una joya verde en donde iba el ojo.- Hay nueve puntos de teletransporte en la ciudad ahora gracias a la Matriarca, con ellos podemos volver al Nido sin problemas. Tomaré el libro mientras que todos disfrutan embobados del discursito del emperador y el tonto del principe, una de las ratas vigilará el discurso mientras que otras robaran un poco de oro y joyas lejos de las habitaciones reales para llevarse la atención de los guardias.
- Es el plan mas estúpido que he escuchado, y yo soy la de los planes malos. ¿Cómo piensas escapar siquiera? Si no me equivoco, el anillo solo funcionará en el area designada, si te atrapan antes de llegar, el imperio no te tendrá piedad.
- Tenemos planos del castillo Lila, cálmate, verás que será sencillo, yo mismo planee todo, revisé la rutina de los guardias, será sencillo, no más de veinte minutos y estaré en el nido antes de los fuegos artificiales.- Él me hablaba con seguridad, pero luego de sentir el miedo de Mari ayer, estaba segura de que tuve mucha suerte de que no me quitaran el plug cuando me metieron a prisión, de no haber podido escapar del imperio, habría quedado igual de asustada que ella, no quería que lo mismo le pasara a Blair.
- No hay forma de que te convenza de hacer lo contrario. ¿Verdad?
- No, vine a contarte justamente porque quiero que sepas que haré ese día. Sé que es arriesgado, y no quiero que te enteres por alguien mas.
Suspiré y fui a buscar algo en mi cajón, si no podía convencerlo, al menos quería asegurar que volviera a salvo.
- Al menos prométeme que usarás esto durante el asalto, si llegan a atraparte, puede ser tu única salida.- Tomé su mano y le entregué el objeto, el lo miró con detenimiento antes de limitarse a hacer un chiste idiota.
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La Madriguera de la Zorra
FantasyMarilin es la princesa de Cor, el reino mas grande de Spes, o al menos lo era. El reino ha sido derrocado por una orden secreta y destruyeron cualquier vestigio del anterior linaje. Encerrada bajo el calabozo del castillo, cuenta sus días hasta su m...