La cabaña

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Zoe me había hecho el favor de abrir un portal para que volviera a la madriguera por mi cuenta, mientras que mi mente recién empezaba a procesar todo lo que había sucedido, no me había dado cuenta de lo rápido que había normalizado esto en mi cabeza, o quizá aún no me daba el tiempo de desesperarme como se debía, todo ocurría en lentamente en mi cabeza, cuando crucé el portal pude ver como Lila me recibía, me había estado esperando, pero no escuchaba sus palabras.

¿Cómo iba a siquiera contarles? Las diosas me dijeron que no, pero tampoco era justo ocultarles la verdad en la cara, yo era una bomba prácticamente, y si hacía algo mal, algo fuera de lugar, lo que sea, iba a acabar con sus vidas y las de todo el mundo en esta mitad del planeta... ¿Era correcto advertirles? Quizá hasta me podrían ayudar pero, ¿Ayudar a qué? Ahora mismo no sé como seguir, no se que hacer.

¿Cómo iba a siquiera vivir una vida normal después de esto? Debería haberme quedado quieta, simplemente agradecer que me curaran y seguir con mi vida, pero tenía que buscar las respuestas... Hubiera sido mas feliz en la ignorancia quizá, no sería Mari el Ente Divino, solo sería Mari, la prostituta hija de la Matriarca.

Sentí que alguien chasqueaba los dedos al frente mío, mi atención volvía a la realidad, Lila y Vix me miraban extraño, de seguro me veía extraña.

- Mari, regresa, estas algo despistada.- Dijo Lila mientras que Vix chasqueaba los dedos frente a mis ojos.

- Yo... Lo lamento, tengo mucho en mi mente ahora mismo ¿Cómo están chicas?- Traté de sonar normal nuevamente, quizá podía esconder el gran peso que sentía en la espalda.

- Nosotras estamos bien ¿Tú donde estabas? Ari dijo que fuiste a hacer negocios con Zoe, pero tú no nos dijiste nada al respecto, así que queríamos que nos contaras tu misma que tramas.- Vix dijo y suspiré parara luego exhalar otra mentira.

- La verdad es que todo surgió muy de repente, luego de las compras de ayer, Zoe simplemente se apareció en mi cuarto antes de que me fuera a duchar, y dijo que quería hacer negocios privados hoy, y que me esperaba temprano en su local... Quería que fuera en secreto porque quería probar mi discreción.

- Ah, creíble con Zoe, Ari, y todo su circulo, quizá quieren empezar a hacer negocios contigo en general al ser la hija de la Matriarca y la ex princesa. El quien eres te da poder, y la gente está empezando a notarlo.- Vix dijo y parecía satisfecha con mi respuesta, Lila no tanto, pero supongo que lo hablaríamos después.

- Bueno, lo importante es que tu estás bien ¿Qué quieres hacer?- Contestó Lila y sonreí un poco, tuve una idea.

- ¿Quieres ir en un viaje a caballo a mi casa? Tengo una cabaña en las afueras de la ciudad, iré a pedirle un caballo a mi mami ahora mismo... Vix, ¿Puedes decirle a mamá que me vea en los establos?

- Claro Mari, voy enseguida, estoy orgullosa de ver a mi hijastra crecer y convertirse en mujer de negocios.- Dijo ella riendo mientras se iba.

- ¡Que no soy tu hijastra!... Aún, carajo.- suspiré y tomé la mano de Lila, llevándola afuera.

- Uy ¿A donde vamos?

- Tengo que contarte todo lo que pasó, y creo que debemos estar a solas para ello.- Fui hasta los establos con ella de la mano, esperando que tuviéramos un momento a solas.

Llegamos a los establos, para mi suerte el cuidador no estaba, éramos solo los caballos, Lila, y yo, así que podía hablar tranquilamente.

- Bien Mari, vas a explicarme que hacías realmente en lo de Zoe ¿Verdad? Porque te amo mucho, y se muy bien que aún no eres una mujer de negocios como tal, Ari aún no te mete en su mundillo de ese modo.

La Madriguera de la ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora