Asesina de Mascotas

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Había sido un día tranquilo de trabajo, muchos clientes, algún que otro problema en los pasillos pero Vix y yo nos encargamos, luego acompañé a Paz a trabajar como Zorra, y luego de una larga jornada, me dirigía a mi habitación para pasar la tarde junto a mi novia.

Debo admitir que la espera me estaba matando, aún tenía que esperar tres días mas para obtener las respuestas que quería por parte de Zoe, y quería hablar de esto con alguien, pero le prometí a Zoe que no lo haría, y no rompería esta promesa, pues me quedaría sin nada si abría mi boca esta vez, y eso no era opción.

Llegué a la habitación, pero antes de poder entrar vi que al final del pasillo, Lila se encontraba junto a Oscar, ambos frente a la habitación de Damián.

- Vamos, abre la puerta Dami, no puedes quedarte encerrado ahi para siempre, tarde o temprano te dará hambre.

- Lila, no voy a salir hasta que él venga, y no volverá... Moriré aqui dentro echa una bolita.

- No digas tonterías, es solo un chico, somos prostitutas, hay miles de...

- ¡No! Yo lo quiero a él, y no vendrá jamás desde lo que pasó, no es justo, no me había enamorado nunca y me vengo a enamorar de esa persona.- Dami se escuchaba muy dolido, creo que sería buena idea que yo hablara con él.

Me acerqué a la puerta, Vix y Lila se apartaron mientras que llamé, él no respondía así que quise hablar.

- Oye Damián, yo...

- ¡Tú!.- Él abrió la puerta y me tiró al piso, me agarraba de la ropa y me agitó un poco mientras me reclamaba enojado. Solo usaba un camisón, estaba despeinado y tenía unas ojeras muy grandes de tanto llorar.- ¡Esto es tu culpa! No vendrá aquí de nuevo luego de lo que has hecho, mataste a su perro, eres un monstruo.

Vix y Lila no estaban interfiriendo, al menos había sacado a Dami de su habitación, ahora tenía que hacerlo entrar en razón.

- H-Hey, basta, sabes que no tenía opción, si no lo hacía iba a acabar muerta, mo tuve alternativa.

- Pues hubieras dejado que te matara, no voy a volver a ver a su jefe después de esto, de seguro no volverá a buscarme...

- Dami, si me hubieran matado, ¿Crees que la Matriarca le habría dejado poner pie en este establecimiento de nuevo?.- Dami estaba llorando mientras se aferraba fuerte a mi camisa, se estaba quebrando frente a mí, entendía que esto le dolía mucho y quizá podría ayudarlo.- M-Mira... Estoy segura de que él volverá, si te quiere lo hará, y respecto a su "mascota", yo asumiré mi responsabilidad y hablaré con él si es necesario para que vuelva.

Él me soltó y se levantó lentamente, yo me levanté y lo abracé, traté de consolarlo un poco.

- No ha vuelto desde el incidente. ¿Por qué crees que volvería si tú le hablas?

Vix nos interrumpió esta vez y suspiró algo molesta.

- Damián, estas siendo un idiota con Mari.

- ¿Eh? ¿Por qué dices algo así? Escúchame, si alguien es un idiota es...

- Eres tú, no ha pasado ni una decena pendejo ¿No has pensado que el líder de una gran organización de asesinos tendría tareas más allá de andar de putas?

Parecía que una de las venas de la frente de Dami iba a reventar, y cuando abrió la boca para probablemente insultar a Vix, vi como Lila le metió un dulce a la boca, y Dami empezó a masticar ya mas calmado.

- Vix tiene razón, estás exagerando un poquito, además, Mari va a ayudarte con todo. ¿Verdad Mari?- Lila dijo y me golpeó levemente con el codo.

- Eh... Si, claro que si, puedo ayudarte, vas a tener que confiar en mí y te prometo que verás a tu amado pronto.- Maldita sea Lila, ahora tenía que ponerme en contacto con el jefe del idiota que quiso asesinarme, gracias.

La Madriguera de la ZorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora