Misericordia quiero y no sacrificios. Los fariseos se escandalizaban de que Jesús estuviera con los pecadores, con esa gente de vida irregular: los publicanos, bueno, María Magdalena, de la cual se habían expulsado demonios. Decían: "¿Cómo puedes estar con los pecadores? Si el pecado se contagia, si tú estás con un pecador, te conviertes en un pecador".
Qué bonito porque Jesús dice: "Vamos a ver, no tienen necesidad de médico los que están sanos, sino los enfermos. A ver si aprendéis lo que quiere decir misericordia. Misericordia quiero y no sacrificios". Y fijaos que no podemos olvidar una cosa: la finalidad de toda la actividad de la Iglesia Católica es que nosotros primero alcancemos misericordia, porque somos conscientes de que estamos enfermos espiritualmente, de que necesitamos de Dios, de que somos frágiles. Dios no nos da las cosas porque las merezcamos, nos las da por misericordia. La misericordia es el amor cuando se encuentra con la debilidad. Por tanto, el objetivo de la Iglesia es que primero nosotros nos encontremos con la misericordia de Dios. Se lo pedimos: "Señor, ten misericordia de nosotros". Lo decimos ahora, lo decimos cuando alguien fallece, lo diremos siempre. Pero el fin es alcanzar misericordia para, después, esa misericordia que ha sido derramada sobre nosotros, nosotros derramarla sobre los demás, tener misericordia de los demás.
Por eso Jesús dice: "Misericordia quiero y no sacrificios", citando el Antiguo Testamento. ¿De qué me sirve que vayas a misa, que reces mil rosarios, que tengas una casa maravillosa, que hayas sacado unas notas fenomenales si después tienes un corazón altivo, un corazón que se pone por encima de los demás, que juzga, que condena, que desprecia y que se cree más, y, por tanto, se cree con la autoridad moral para decir quién es tonto, quién es listo, quién es bueno y quién es malo? Lo que le importa es que practiques la misericordia. Pero solo puede practicar la misericordia aquel que ha tenido una experiencia de haber estado herido, de haber estado enfermo y haber sido curado. Y ese mismo médico que te cura a ti puede curar a otra persona, o a través tuyo puede curar a esa persona.
Por eso preguntémonos sobre quién nos sentimos superiores. Porque, a veces, podemos tener cierta manía a la gente porque han fallado, porque lo han hecho objetivamente mal. Pero, claro, en el fondo de nuestro corazón, si dijéramos: "Es que yo soy mucho mejor, es que yo lo hago mejor, es que yo soy más bueno", bueno, hombre, en este campo sí, en otros no lo sabemos.
Por eso los fariseos siempre se ponían por encima, siempre se creían mejores. No les cabía en la cabeza que hubiera gente sin letras, sencilla, equivocada incluso, que tuviera un gran amor. Porque María Magdalena a lo mejor no sabía mucho de teología ni de las Escrituras, pero es una mujer que, porque recibió el Espíritu Santo, supo amar mucho más que cualquier fariseo.
Por tanto, recordemos: "Yo, Señor, porque Tú has sido misericordioso conmigo, porque me has regalado tu misericordia, yo también tengo que dar esa misericordia". Eso es lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios". Convirtámoslo en vida.
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TIEMPO ORDINARIO
SpiritualEl Tiempo Ordinario es la temporada en la que celebramos la vida y las enseñanzas de Jesucristo y lo que significa ser su discípulo. El nombre de este tiempo deriva de la palabra ordinal, que significa "contar". Es llamado Tiempo Ordinario porque la...