A todos los que encontréis, llamadlos a la boda. Fijaos que Cristo es el Salvador de toda la humanidad. La Iglesia es todo menos una secta; no es un grupito selecto dentro de la humanidad, donde los demás están excluidos. Nosotros, los cristianos católicos, no creemos en la predestinación. Dios llama a la vida a todos los hombres para que todos se salven y, por tanto, no llama a unos para la condenación, sino efectivamente a todos.
Por eso, cuando en esta parábola evangélica dice: "Salid a los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda", Dios no obliga a toda la humanidad a salvarse, pero sí invita a toda la humanidad a salvarse. ¿Cuáles son los caminos de la salvación? En el caso de los cristianos, son los sacramentos; en el caso de los cristianos, es el anuncio de Jesucristo. Y en el caso de aquellos que no han conocido a Jesucristo, está el bautismo de deseo, que la Iglesia siempre ha enseñado desde el principio: que las personas de buena voluntad que siguen los dictados de la ley natural y de la razón, pues evidentemente, claro que son acogidos en el amor de Dios, por supuesto que sí, porque no han conocido a Cristo.
Por eso, sí, todas las personas son llamadas, todas las personas son invitadas a ese banquete de bodas que es, en definitiva, ese desposorio de Dios con la fragilidad humana. ¡Qué bonito, verdad! Siempre que Jesús habla del cielo, habla de un banquete de bodas: bodas, alianza, alegría, ilusión, proyecto de vida. Siempre fijaos que Jesús habla de la relación con Él de manera gozosa. Cuando uno va a una boda, uno se lo pasa bien; uno no va a una boda a sufrir, sino todo lo contrario. Las bodas, y sobre todo cuando es una boda de alguien querido, pues imagínate, la boda de unos padres con sus hijos, o de los abuelos con sus nietos. O yo, por ejemplo, con mis sobrinos, pues siempre he disfrutado muchísimo, como es lógico, porque les veo felices.
Saber que Dios me invita a una boda eterna, y además que es de mi alma con Él, de la humanidad con Él. Por eso, claro, en la parábola que vamos a escuchar hoy, dice: "Invitad a todos los que encontréis, invitadlos a la boda". Todos están invitados, no solamente a disfrutar del banquete, sino a ser ellos mismos los amados de Dios. ¡Qué bonito! Como los místicos, cuya relación con Dios siempre era esponsal. Por ejemplo, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús (en este caso, ellos eran carmelitas, pero también hay seglares). Yo he conocido muchos seglares que tienen una relación esponsal con Dios, preciosísima. Es decir, que son llevados al extremo del amor, son invitados a vivir ese extremo del amor que es el amor esponsal, un amor maravilloso, como el amor de maternidad, de paternidad o de filiación.
Por tanto, sí, tú también eres llamado, y todas las personas que tú amas también son llamadas. Ojalá que tengamos la capacidad para escuchar la llamada de Dios, y por supuesto, el valor y la decisión para, correspondiendo a esa llamada, decir: "Señor, yo quiero ser amado por Ti, quiero estar en el cielo, en la boda eterna, en ese desposorio eterno que es Tú y yo."
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TIEMPO ORDINARIO
EspiritualEl Tiempo Ordinario es la temporada en la que celebramos la vida y las enseñanzas de Jesucristo y lo que significa ser su discípulo. El nombre de este tiempo deriva de la palabra ordinal, que significa "contar". Es llamado Tiempo Ordinario porque la...