LA INTERCESIÓN DE LA VIRGEN DEL CARMEN EN EL DÍA DEL JUICIO

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El día del juicio será más llevadero para Tiro, Sidón y Sodoma que para vosotros. Jesús habla del día del juicio, el día en que tu vida será presentada ante Dios. Habrá gente que aparentaba ser más pecadora, como la gente de Tiro, Sidón y Sodoma, que eran personas terribles. Sin embargo, esos que eran tan pecadores porque no tuvieron buena formación, porque no tuvieron unas instrucciones adecuadas, estaban equivocados. Pero tú has recibido tantos dones y regalos espirituales que quizás tienes muchas menos excusas.

Entre todos los regalos que has recibido, junto con la Eucaristía, el mejor regalo es la maternidad de María. Sabéis que hoy celebramos la fiesta de la Virgen del Carmen, la estrella de los mares. La Virgen, que además prometió a San Simón Stock que aquellos que llevaran su escapulario en el momento de la muerte serían llevados a la presencia de Dios y liberados del purgatorio. Siempre hemos rezado a la Virgen del Carmen como aquella que en el día del juicio intercederá por nosotros. Ella es la medianera de todas las gracias.

Había un chiste muy simpático que decía que San Pedro un día se fue a quejar a Dios y le dijo: "Señor, ya no quiero ser más el portero del reino de los cielos. Me has dado las llaves para que la gente entre en el cielo, pero cada vez que cierro la puerta, tu madre abre la ventana y se cuelan por la ventana". Era una broma que se decía antiguamente para ilustrar que María siempre está como madre atendiendo a sus hijos. En el día de la muerte, María va a ser nuestra esperanza. María estuvo con Jesús a su lado, y Jesús, en el momento de su muerte, cuando su madre estaba a su lado, le dijo: "Haz con estos que son tus hijos lo mismo que has hecho conmigo. Por tanto, si tú me has asistido en mi muerte y en mi tránsito a la vida eterna, te pido, madre, que asistas también a ellos en ese paso a la vida eterna".

Por eso, cuando rezamos el Ave María, la Iglesia, que es muy sabia, siempre nos ha dicho que digamos: "Santa María, ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte". Vemos a la Virgen María del Carmen con el niño Jesús que ofrece unos escapularios, que es el vestido de Cristo y de María, del cual nos debemos revestir para entrar en el cielo. Hoy es un día precioso para saber que María se nos ha regalado como madre y que sí, tendremos un día del juicio, pero en ese día ella estará presente. Si ahora sabemos quererla en la tierra, honrarla y cuidarla, ella no se avergonzará de nosotros. Por muy pecadores que seamos, por muy mal que lo hayamos hecho, María es la omnipotencia suplicante, a quien Jesús no le puede negar nada. Que ella sea madre y que nosotros seamos hijos, entendiendo que María no es algo decorativo en nuestra vida cristiana, sino algo tan esencial que si ella falta, faltará Cristo.

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