La gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad. ¡Qué curioso! Cuando Jesucristo hacía cosas buenas como una curación, la gente no lo alababa a Él porque lo tenían por un profeta y no sabían que era Dios. La gente alababa a Dios. A veces, cuando hacemos cosas buenas, como nos gusta que la gente nos alabe. "¡Ah, hija, qué bien lo haces, qué mona vas, qué mérito tienes, eres muy sufrida, eres muy valiente!" Y, efectivamente, cuando hacemos cosas buenas, la pena es que la alabanza que debería ser para Dios se dirige hacia nosotros. Deberíamos decir: "Bueno, es verdad, pero todo esto lo hago así porque Dios está conmigo, porque Dios me ayuda, porque Dios me ha dado la vida, la inteligencia, o esta cualidad".
A veces, los hombres sin querer buscamos tanto la gloria y nos olvidamos de dónde nos viene la capacidad de hacer el bien. Nos convertimos en ladrones de la gloria de Dios, apropiándonos de lo que es mérito suyo como si fuera nuestro. Y claro, eso es un grandísimo error. La gente, cuando veía a Jesús, daba gloria a Dios, que concedía a los hombres hacer tales cosas. Jesús hacía ver que todo lo que hacía bien era porque era el hijo del Padre, porque el Padre le había autorizado y porque el Padre le había dado tal poder.
Tendríamos que pensar y darle vueltas al Señor sobre cómo hacer las cosas para que, cuando algo salga bien, no nos avergoncemos de nuestra fe. A veces, hay deportistas que cuando ganan un premio se hacen la señal de la cruz y agradecen a Dios. Claro que sí, y también a su familia y a tantas personas que han intervenido en su vida. Pero hay otros que tienen una soberbia terrible, diciendo: "Yo me he hecho a mí mismo, no le debo nada a nadie, soy una persona que ha conseguido todo con su esfuerzo". Pues mira, te estás equivocando completamente. No tienes ni idea de qué consiste ser un ser humano, porque un ser humano necesita de los demás, de ayuda, apoyo, y otras mentes que lo iluminen y sostengan. Claro que sí.
Por tanto, preguntémonos si somos personas que constantemente estamos buscando la gloria personal en la familia, con los amigos, en los grupos de las parroquias o de las hermandades. ¿Buscamos la gloria humana, el reconocimiento, el aplauso para decir: "Bueno, por lo menos he quedado bien, me consideran, me quieren porque hago cosas buenas"? ¿Y si no las haces? ¿Y si resulta que no sabes hacer cosas buenas o te has hecho mayor? ¿Ya no te quieren? ¿Te querían solo por eso o por ser tú como eres?
La gloria de los hombres suele ser falsa, y los mismos que te aplauden hoy, mañana te pueden crucificar. Nosotros no vivimos de la gloria de los hombres, vivimos para la gloria de Dios, porque sabemos muy bien de dónde procede todo bien. Por eso, ojalá que cuando hagamos algo positivo, la gente dé gloria a Dios y diga: "Qué suerte tienes que eres amigo de Dios, porque Dios a través de ti hace muchos favores a los demás".
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TIEMPO ORDINARIO
EspiritualEl Tiempo Ordinario es la temporada en la que celebramos la vida y las enseñanzas de Jesucristo y lo que significa ser su discípulo. El nombre de este tiempo deriva de la palabra ordinal, que significa "contar". Es llamado Tiempo Ordinario porque la...