LA URGENCIA DE AMAR: DESAFIANDO EL INDIVIDUALISMO EN LA MIES ABUNDANTE

21 0 0
                                    

La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos. Qué palabras tan profundas y tan difíciles de Jesús, porque en definitiva entendemos que es un modo simbólico de hablar. La mies son las almas, las personas. ¿Y quiénes son los trabajadores? Aquellos que se preocupan por las almas, aquellos que quieren guiarlas, apacentarlas, cuidarlas, protegerlas de sus enemigos. Y sin embargo, efectivamente vivimos en un momento de la historia, siempre ha debido de ser así, en que en vez de ocuparte de los demás te tienes que ocupar de ti mismo. "No, no, tú cuídate de ti, que de los demás ya se cuidarán ellos"; "no, no, tú no te gastes, sé tú mismo, realízate, haz lo que más te apetezca". Y siempre estamos con engaños que, al final, son una invitación al egoísmo, al consumo y a sentirnos bien.

Y el precio es dejar de lado a los demás, olvidarnos. Una de las grandes ideologías que en nuestro tiempo nos está amenazando es el individualismo exclusivista. "Yo, yo soy lo más importante. Yo soy el primero. Para mí lo mejor. Yo tengo razón. Yo tengo que tener siempre mis planes". Uno repite tantas veces el yo, yo, yo, que se olvida de que tiene gente alrededor. Y tú también eres trabajador de la mies. Hay pocos trabajadores, hay una mies muy abundante, pero hay muy pocos trabajadores. "No, esto lo dice Jesús por los curas, las monjas y la gente que se dedica vocacionalmente a los demás". Bueno, es verdad que lo dice por ellos, pero es que en la Iglesia todos tenemos vocación de amar, todos tenemos vocación de imitar a Cristo, de ser de Cristo. Por tanto, todos tenemos vocación de pensar en los demás, vivir por los demás y dar la vida por los demás.

El que da la vida por los suyos es realmente el amigo de Cristo, el discípulo de Cristo. Claro, si tú "vas a tu bola", como dicen ahora, si tú vas a lo tuyo, si solo te importan tus problemas, que son los más gordos, tus disgustos, que son los únicos, tus cosas, que son las únicas importantes, y sobre todo esto cuando eres joven pasa mucho más que cuando eres mayor, te crees que todo el mundo tiene que girar a tu alrededor y que todo el mundo te tiene que comprender, apreciar y dar la razón. Pues no. Nosotros todos somos trabajadores de una mies, y la persona que no piensa en los demás, que no se ocupa de los demás, es una persona que nunca será feliz.

Nunca será feliz porque es una persona que se convierte en una especie de ser egocéntrico, que todo tiene que girar a su alrededor, como si él fuera el sol y los demás, las familias, los amigos, las cosas, son planetas que deben comprender que él es lo más o ella es lo más. Y cualquier situación distinta es un enemigo a destruir, alguien con quien se enfadan y a quien convierten en su enemigo. Es terrible esto. Y esto incluso puede generar, a veces, enfermedades como el narcisismo, el egolatrismo, muchos "ismos" que nos rompen. Por eso, piensa que hay mucha mies a tu alrededor, pero que hay muy pocos trabajadores. ¿Quieres trabajar? ¿Quieres cuidar? ¿Quieres ocuparte de los demás? Porque si no, al final enfermarás.

TIEMPO ORDINARIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora