Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron. Fijaos, es evidente pero lo voy a decir: Dios no es un rácano, Dios es muy generoso, y cuando da, da con abundancia, no da un poquito, lo da todo. Por eso, cuando Jesús multiplica los panes, no dice "bueno, vamos a intentar repartir y que cada uno tome un cuarto de pan porque como somos tantos no vaya a ser que falte", sino que dice "todo repartido hasta que se saciaron". Y es que nadie puede ganar en generosidad a Dios. Dios es el ser más generoso porque, por su esencia, es el dador de la vida, y Jesús dice en un momento concreto: "Yo he venido para que tengáis vida y una vida abundante, una vida en plenitud". Yo no voy a daros un poquito de cosas, sino que os voy a dar todo. Lo que pasa es que a veces no somos conscientes de la cantidad de regalos que nos está dando Dios cada día, y estamos siempre pensando en lo que no tenemos, en lo que no nos ha dado, en lo que nos gustaría tener, en lo que nos falta. Y sí, te puede faltar a lo mejor, si tienes una finca de 600 hectáreas, y te falta, pues, que hay un cactus, pues, chico, puedes amargarte porque tienes un cactus, pero tienes hectáreas y tienes todas las demás cosas.
Hay personas que quieren tener todo el catálogo, que todo en su vida se dé bien: la mejor familia, el mejor trabajo, la mejor salud, las mejores relaciones. Dices: "Bueno, sí, ojalá", pero es que todo no se da. Pero es que Dios te da muchísimas cosas. Y por eso la generosidad de Dios para nosotros es un punto de referencia. La generosidad de Cristo, que lo dio todo hasta el final, es nuestro modelo para saber ser nosotros también generosos. Y por eso, no des con medida cuando te pidan algo. Cuando la gente te pida tu tiempo, tu ayuda, no seas tacaño en el sentido de: "Uf, voy a darte, pero me guardo algo para mí". No hablo de cosas materiales, hablo sobre todo del corazón. Si vas a estar con una persona, tienes que estar al 100%. Si vas a apoyar a una persona, la vas a apoyar incondicionalmente. Es decir, si vas a hacer oración, no vas a estar con la oración y con el móvil, sino que vas a estar con el Señor nada más.
Aprender a ser generosos, aprender a dar sin límites. Eso es lo que hacen las madres, los padres, los amigos, los que se aman, porque amor y generosidad se necesitan. Cuando el amor no es generoso, no es verdadero amor. Cuando el amor es correcto, justo, deja de ser amor y se convierte en justicia. Por eso Jesús da en abundancia. ¿Y nosotros cómo damos a los demás? ¿Cómo damos nuestro tiempo? ¿Lo hacemos quejándonos? ¿Lo hacemos con precaución para que no nos hagan daño o no se aprovechen de nosotros? ¿O realmente disfrutamos siendo generosos? Mira lo poco que soy, lo poco que tengo, aunque sea mi tiempo, aunque sean mis cualidades: saber hacer cama, saber escribir, saber conducir, para los demás. Y eso está bien y eso da Gloria a Dios. Y eso define a una persona. Cuántas veces me dicen: "Mi madre es que era muy generosa" o "Mi padre era muy generoso", y no se refieren tanto a las cosas materiales, sino a que gozaban dándolo todo a sus hijos, a sus nietos. Que nosotros también sepamos gozar en la generosidad como Jesucristo lo hizo.
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TIEMPO ORDINARIO
EspiritualEl Tiempo Ordinario es la temporada en la que celebramos la vida y las enseñanzas de Jesucristo y lo que significa ser su discípulo. El nombre de este tiempo deriva de la palabra ordinal, que significa "contar". Es llamado Tiempo Ordinario porque la...