Capítulo 27

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-Chicos... –murmuró Gaara detrás de él sacándole un gran susto. Ese chico parecía el viento.

Misteriosamente, cuando Gaara apareció, aquel tipo de ojos carbón parecía haber desaparecido de su vista. Aquello lo alarmó un poco, pero sabía que no atacaría en público, por lo que estaba seguro de que en aquellos momentos estaba protegido.

En su lugar, los mismos tipos de la escuela, aquellos chicos los cuales le entregaron su confianza al instante, estaban parados en la puerta del local, con una mirada perpleja al ver a Naruto con aquella pinta de mesero.

-¿Qué hacen aquí, no iban a ir al campo de paintball esta tarde? –inquirió el pelirrojo, mientras alistaba algunas mesas para que todos puedan entrar juntos.

-Íbamos a ir –susurró Hinata, con una vocecita casi improbable de escuchar-. Pero Lee dijo que no era buena educación abandonar a uno de los nuestros, así que lo cambiamos para el sábado.

Aun así, de todos los que habían llegado, ella era la única que no le quitaba la vista a Naruto.

Eso pudo haber resultado incómodo, hasta asqueroso, pero a Naruto parecía no preocuparle si venía de una chica.

-¡Naruto! –chilló Sakura en su oreja tan fuerte como pudo-. Donde estabas rubio revoltoso, habías desaparecido después de las clases extracurriculares.

-Pensábamos que habías huido –exclamó Ten Ten preocupada.

-O que te había matado Sakura con uno de sus gritos.

-Te lo dije Choji –rió Ino igual de fuerte para el otro lado, lastimando su oreja izquierda de la misma forma-, Sakura no lo había matado, me debes una bebida.

-Cállate Ino cerda, yo no puedo matar a nadie.

Pero yo sí, y juro que me están tentando. Brotó la voz mental de Naruto, pero suprimió con todas sus fuerzas aquel sentimiento bélico de su cuerpo. Nueva vida, cero muertes. Esa era la regla.

-Lo lamento ttebayo –sonrió de una manera "tímida", intentando imitar la forma de Hinata. Aunque sabía que su cara podría resultar traumática para sus amigos-, fui con Gaara hasta la sala de maestros para hablar con los profesores.

-¿El de química y alemán? –preguntó Shikamaru, abatido-. Que aburrido resulta eso.

-Si.

Un extraño silencio llenó aquella zona, presionando más la carga de aburrimiento que Naruto llevaba a rastras en su espalda. Aquello era tan aburrido y desagradable que le daban nauseas con solo pensarlo. Luego, de improviso, la sensación de ser vigilado volvió.

-¿Y qué haces vestido con esas ropas? –Exclamó Lee en otras de sus emocionantes charlas motivacionales para romper la tensión, cosa que solo lo alarmó más-, la llama de la juventud no puede encenderse con esas ropas tan formales. Debes ser libre. Libre~

-Me contrataron como mesero bayo –murmuró rápido y sencillamente, no quería dar mucha información.

-Oh ¿Pasaste la entrevista? –Gaara abrió los ojos, cosa que en si le molestó al rubio.

-¿Tuvo entrevista? –murmuró Kiba sorprendido.

-Si.

-Bueno, ¿Van a pedir algo o solo se quedarán ahí sentados hasta que acabemos el turno? –masculló Gaara disgustado-. La vez pasada me dijeron que si no iban a comprar algo, no gasten asientos.

-Tranquilo te vez más bonito –Sakura bufó-. Yo quiero una copa doble de helado, a tu elección el sabor.

-Un triple carnívoro.

-Jugo especial~

-Lo mismo que la frentona –rió Ino entre dientes.

-Yo solo un v...vaso de agua –Hinata bajó la mirada avergonzada.

-Yo y Shino queremos lo mismo que Kiba.

-En ese caso yo quiero lo mismo que todos –a Choji se le podía notar el deseo de comer en los ojos, y Naruto pensó que tenía suerte de no ser su alcancía. La pobre debía están anémica.

-En ese caso vuelvo dentro de poco, vamos Naruto –Gaara acabó de apuntar todo los pedidos y se retiró tan rápido como pudo del lugar, seguido de manera fiel por Naruto.

Este volteó de manera imprevista para la zona donde sentía los ojos, pero extraordinariamente no encontró a nadie.

-¿Ello siempre vienen? –quiso romper el silencio. Se estaba volviendo maniático.

-¿Uh? Interdiario a decir verdad, pero casi siempre terminan rogándole al viejo que me deje la tarde libre para salir con ellos –dijo todo cansado, como si fuera una mala escena de película que se repetía siempre-. No importa lo que haga ellos siempre están aquí... ya te acostumbrarás.

Gaara terminó dejando a Naruto solo mientras corría a diferentes mesas para atender, cosa que hizo que aquella sensación del ser vigilado volviera.

Era incómoda, como un par de rayos rozando su piel y destruyendo su ropa. Como dirían algunos, desnudándolo con la mirada. Pero eso no era lo único, aquella vigilancia en él hacía que empezara a ser un poco más brusco y con una mirada sombría ante los clientes, los cuales poco a poco parecían tenerle miedo.

Debo deshacerme de esa persona rápido, gruñía. Si tan solo aquel grupo de ineptos no se encontrara ahí, podría cumplir su deseo. Pero tenía que estar ese bendito acuerdo del no atacar a nadie sin autorización previa o al menos por defensa.

Caminó con paso rápido hasta la cocina y le comunicó a Yahiro que sacaría la basura antes de que sea imposible cargarla, por supuesto que esa no era la intención primordial pero al menos tenía escusa.

-Debes botarla en la parte trasera, encontrarás un gran bote de desperdicios. Si pesa mucho para ti puedo enviar a Gaara para que te acompañé.

-Me las ingeniaré solo, descuida.

Como era de sospechar, aquellos ojos lo siguieron hasta el exterior y caminaron muy cerca de él. Naruto fingía que no se enteraba de nada, pero por dentro aquel ser demoniaco –sus ansias de matar- estaban festejando de la nueva diversión.

-Sal de donde quiera pequeño conejo asqueroso –rió imitando a un maniático, solo que de una manera más privada-, tengo sed de sangre.

Miró a los costados, pero como siempre no había nadie. Botó la basura de un limpio lanzamiento y esperó. Esperó calmadamente.

Si tan solo supiera donde estaba, una simple sombra o el ruido de su respiración, aquel otro ser ya hubiera empezado con la cacería; pero ojos de carbón parecía no caer en su juego.

-Naruto... –susurró desquiciadamente el ojinegro. Esa era, esa era la señal que necesitaba.

E iba a atacar, de eso no se dudaba, si tan solo aquella nueva presencia no hubiera intervenido en su plan.

-¡Naruto! –Escuchó ser llamado desde atrás por Gaara-. ¿Puedo preguntar por qué los profesores de Francés y Alemán te buscan?

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Bueno, acabé el capítulo 28 antes, por lo que publicaré el 27 hoy también.

Seguiré con la publicación todos los viernes, así que... ¡Hasta la próxima semana!

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