Capítulo 48

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-Eso sonó demasiado gay Sasuke.

La suave voz ajena hizo que ambos giraran la cabeza al mismo tiempo, Gaara estaba sentado en la camilla demasiado tranquilo como para encontrarse traumado. O eso es lo que intentaba aparentar. Puede que la percepción sea mínima, pero Naruto notaba claramente aquel tambaleo que hacía ante el contacto visual.

-¿Hace cuánto que estas despierto? –preguntó Sasuke.

-Desde que Naruto se levantó, ustedes hablan muy fuerte –susurró, pero poco a poco su voz tomaba mayor fuerza. No quería aparentar ser tan débil ante personas como ellos. Naruto realmente estaba sorprendido.

¿Estuvo despierto todo este tiempo y no me di cuenta?, rumió su mente.

Gaara entones se prendó del rubio, quién no quería encararle la mirada para no ver cómo reaccionaba. Gaara sabía que su actual comportamiento era muy diferente a la actitud que tomó en el mall, donde casi parecía divertirse con las pistolas y aquel tiroteo de improvisto.

-Naruto... –murmuró, y el rubio dio un pequeño salto-, esto no fue tu culpa.

Tsk, dale tus lamentos a otro. Pero realmente estaba cansado de ser hipócrita, por lo que se sinceró.

-Lo sé, sé que no fue mi culpa y si no fuera porque me obligaron a venir desde Rusia tú no hubieras pasado por todo eso –respondió temeroso. Bueno, no temeroso de tener miedo, pero si asustado del rechazo. Y pensar que eso jamás le había importado-. Sin embargo, acepto que fue un descuido mío no haber prevenido esto sabiendo que hay gente tras venganza.

Entonces enfadado y confundido, volvió a golpear con fuerza el hombro de Sasuke, quien gruñó fingiendo gravedad en su voz.

-¿Y está vez por qué el golpe? -rugió.

-Por sonar demasiado gay –una pequeña risa salió de los labios de Gaara y Naruto se relajó, hasta que los tres se silenciaron abruptamente el tiempo suficiente como para no saber qué hacer. Gaara empezó a jugar con sus manos, Naruto intentaba aplacar su incomodidad y Sasuke, bueno, quien sabe qué hacía él.

-Si llegaste a escuchar todo, sabes que debes venir a entrenar a mi casa –comentó el rubio de improvisto.

Gaara asintió con la cabeza mientras temblaba, como si recordara algo horrible. Naruto conocía de este tipo de cosas gracias a un curso de Psicología, se llamaba el aprendizaje por estímulo. Se trataba de una acción producida gracias a la asociación de estímulos, un claro ejemplo era Gaara con las pistolas, observó como lo habían herido a él y ahora cada vez que viera una pistola, tendría aquella idea en mente.

Debía re-enseñarle.

-¿Te duele? –preguntó tímido el ojiagua.

Naruto parpadeó pactado.

-¿Uh? ¿La herida? Para nada –Dijo con soberbia, Sasuke en venganza quería darle un golpe en el hombro, pero Naruto se le adelantó doblándole la mano-. Vez, aun puedo defenderme.

La cara del azabache estuvo roja hasta que le soltaron la mano, y movió su silla para el lado contrario del rubio.

-Aun no puedo creer que haya personas queriendo matarnos por ti.

-¿Perdona? –Bufó Naruto-. Fuiste tú quien me preguntó información, yo podía muy bien entrenar solo a Gaara en esto. No te creas tanta cosa por tener una que otra persona detrás tuyo. Tsk, ni que esto fuera algo de una vez en la vida.

-Lo dice el que estaba llorando al enterarse de que su amigo de infancia es quien quiere matarlo.

Oh no, eso sí era golpe bajo.

Buscado por amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora