Capítulo 97

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La cola para la tienda era el doble de lo esperado, tan larga que le hubiera tomado todo el día estar parado ahí esperando a que los niños delante suyo eligieran entre chocolate o vainilla para su helado. No se precipitaba, pero le estresaba estar formando columnas delante de mocosos que solo le desperdiciaban el tiempo.

-No creo que el importe tomar agua del caño, igual, sigue siendo agua –se dijo, sacando una botella vacía que tenía en su morral.

Los baños estaban junto a la tienda y vacíos para su fortuna. Era toda una asaña para el no verle el lado negativo a las cosas, si tomábamos en cuenta que por más que se esforzara en convivir como un japonés, sus rasgos rusos afloraban continuamente.

Entró al primer lavamanos que encontró y se fijó que estuviera solo para rellenar la botella. El gran espejo del centro tapaba la pared y mostraba el reflejo de los cúbicos, que se encontraban vacíos de igual manera. Cuando se llenó por completo la botella, cerró los caños y se dispuso a salir en búsqueda del azabache mareado. Fue una sorpresa encontrarlo a entrada del baño, buscándolo.

-Hasta que te encuentro dobe –suspiró Sasuke apoyándose en una pared-, pensé que seguías en la tienda.

-Después de comprar me dieron ganas de ir al baño –mintió, sacando la botella de agua-. Toma, solo para ti.

-¿Agua Voss? ¿Venden este tipo de botella en un parque de diversiones?

-De seguro quieren innovar.

Tomó varios tragos antes de devolverle la botella por la mitad, elevando la vista para que los mareos no lo atacaran nuevamente. No lo entendía, la sensación era la misma a lo que tuvo cuando se subía a la moto con el rubio, pero su estómago no parecía hacer la comparación y solo mezclaba sus intentos por seguir cuerdo.

Cuando salieron, fueron directo al Insasphere para volver a unirse al grupo ya que estos debían de haber bajado del juego, pero el parque se había llenado en los pocos minutos que estuvieron encerrados en el baño y se les era imposible avanzar rápido.

-¿Por dónde estamos? –preguntó después de pasar por el túnel negro que debería encontrarse en los juegos acuáticos.

-Nos movimos al norte, ellos están en el suroeste.

-¿Acaso no sabes leer mapas Usuratonkachi?

-Cállate teme, si no fuera porque te mareas rápido no nos hubiéramos separado –se quejó mientras daban lentos pasos. Los chicos que debían ser del paseo estudiantil empezaban a separarse por todos lados, no había momento en que los pasos estuvieran libres para desplazarse, y casi se separaban entre ellos cuando uno fila de jóvenes se interpuso entre ambos por petición de sus profesores.

-¿Entonces qué hacemos, los esperamos aquí o les decimos que nos juntamos en otro punto? –indagó después de rendirse a salir del noreste.

Chasqueó la lengua antes de sacar su celular para escribirle a Kurama e informarle que debían encontrarse en la fuente central. Les sería más simple para todos encontrarse en una distancia pareja. El sol estaba en su punto medio, se sentía las suaves brisas del aire calentar el ambiente con sus abrazadores rayos.

Entonces, volvió a sentir aquellos ojos en su espalda, apuntándolo como si se encontrara solo él en todo el local.

-Dos veces son mucha coincidencia –estipuló casi en un susurro-, demasiada coincidencia.

-¿Dices algo?

-Cállate.

Miró a los jóvenes que seguían en la tienda y los puestos de juegos que se rellenaban de personas, personas que podían ser asesinos expertos esperando el momento para atacarlos y matarlos. Sus mejillas le picaban, sus marcas parecían reaccionar al hecho de que posiblemente entraría en una pelea aquel día. El Uchiha se percató, y bajó su mano para poder sentir el frío del metal rozar con sus dedos.

Buscado por amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora