Buscado por amar

Capítulo 73

-¿Uchiha es el otro padre? –inquirió Shikamaru.

-No, solo el padre -respondió. Se mordió el labio con fuerza para que el dolor se genere en sus mejillas y que estas se enrojecieran un poco, como dando señal de que se avergonzada. Sentía que era algo estúpido, pero la vendita personalidad que querían imponerle le exigía trabajo extra-. Yo soy la madre tteba.

Una suave risa afloró de la mesa mientras que el perrito se quedaba con Naruto. Miraba con aquellos ojos negros todo su alrededor, estudiando a cada integrante de la mesa. El perrito de Sakura, el labrador que había estado ojeando antes, también se le quedó mirando por un buen rato.

-Te traje tu almuerzo frentona –dijo Ino cuando se encaminó a la mesa. Se sentó al lado de la pelirosa que cargaba al cachorro, y aquel animalito hizo una seña de hambre con su cola.

-Pobre, no debes haber comido en horas.

Sakura cogió un poco del pollo de su plato y se lo dio al perrito para que se alimentara, el joven labrador entonces ladró feliz masticando la pieza de comida que le habían entregado. Naruto al notar eso se fijó en su perro, siendo realistas, parecía inerte. No era muy demostrativo como el labrador ajeno, pero aun así parecía haberse encariñado con él.

-¿También tienes hambre ttebayo? –le preguntó, acariciándole detrás de la oreja.

Al pato le pareció brillar los ojos, se fijó en la expresión del rubio y en esa sonrisa tan rara que llevaba, pero su madre era su madre e igual la amaría.

Movió sus orejas al ras de su cola, y puso sus dos patas delanteras en el pecho del rubio.

-Es muy cariñoso –susurraron detrás de él-. Espero que cuides bien a nuestro hijo.

Naruto, al igual que el resto de la mesa, giraron para ver quién estaba detrás de este, sorprendiéndose al ver al Uchiha cargando dos bandejas de almuerzo. Fue tan solo una señal de ojos lo que le bastó para que Kiba se moviera del lado del rubio y le dejara espacio a este. Todos estaban impactados, impactados que el endeble del Uchiha haya decidido sentarse en su mesa y al lado de Naruto.

-¿Qué diablos estás diciendo teme? –se quejó con aquel tono tan fastidiosamente dulce.

Aquello descolocó por un momento a Sasuke, pero conociendo como era el rubio con sus expresiones en aquella faceta falsa no dijo nada. Cogió de su bandeja un poco de pollo sin guiso y lo deshilachó en pequeños pedazos, lo suficiente pequeño como para que su hijo no se atragantara.

-Solo alimento a ¿Pato? –Dijo leyendo el nombre- ¿Acaso no sabes que significa en japonés?

-Claro que lo sé teme –Shikamaru y Gaara rieron por el nombre que tenía el perrito, pero de ahí nadie más se atrevió a interrumpir la charla del rubio con el azabache-, me gusta la pronunciación, además de que me divierte tteba.

En toda la hora del almuerzo no se habían topado con la pelirroja, cosa que el rubio agradecía porque no tenía ganas de hablar con alguien sin neuronas. Lo más seguro es que si se enteraba que era la pareja del teme en doméstica, le haría algo al perrito para bajarle la nota.

Y si alguien lograba tocarle un solo pelo a pato juraba que esa persona no quedaría con vida.

-Dobe, pásame al cachorro para que le pueda dar de comer bien –el murmullo del azabache lo descolocó de sus pensamientos, así que sin pensarlo le pasó al perrito.

Pero pato al parecer no quería despegarse de su madre, ya que al separarlos para que Sasuke lo cargara, empezó a gemir triste. ¿Han visto esa carita que puso el gato con botas? Bueno, el perrito lo imitó. Miró con aquellos ojos a Naruto, con aquella técnica de "Soy adorable y no me puedes hacer llorar" tan fuerte que había usado en arte.