-Si avanzamos más allá del sur, encontraremos la primera resistencia –le informó Snake cuando alcanzaron el paso de Nat-, ahí nos espera el resto de nuestro escuadrón, ellos se quedaron para resguardar de que nadie descubriera nuestra localización por GPS.
-Comprendo –informó Neji saltando entre los árboles.
Ya habían dejado muy atrás aquel lugar donde lo mantuvieron encerrado. Al parecer, ellos antes de ir en su búsqueda, habían colocado dinamita en todo el lugar para no dejar pruebas. Eran tan estratégicos los puntos que tan solo bastaron unos 8 puntos para que la pequeña fortaleza callera.
Nat también quiso divertiste después de eso, y cuando las bombas empezaron a explotar, empapó los alrededores del lugar con gasolina para encenderlo por si es que alguno de ellos intentaba escapar.
-Nat –le gruñó Snake cuando esta lanzó el último balde de gasolina para que se quemara con el resto-, espero que no hayas estado robando los suministros de nuestro transporte.
-Descuida gruñón, fue la gasolina de ellos –rió como una niña pequeña antes de empezar a correr hacia el sur-. No se demoren mucho o los locos del bosque se los comerán.
Neji elevó una ceja curioso por lo dicho de la joven, ¿Locos del bosque? Aquel lugar era uno de los puntos más protegidos y rodeados de asesino elite, si un loco se atrevía a entrar al bosque era de por hecho que sería asesinado antes de dar su segundo paso. Snake solo suspiró ante los delirios de la joven, y con una risa traviesa explicó: -Su sueño es ver a un oso pelear contra un leñador tuerto en este bosque, todos los días reza para que aquello ocurra. Siente que mientras más tiempo pasa aquí algún lunático atacará.
El mayor soltó una risa mientras seguían avanzando por las copas blancas de los árboles, hacía mucho frío, tanto como los bosques rusos podían ofrecerle. Esperaba que al llegar a la fortaleza delantera le entregaran ropa para cambiarse.
Tan solo fue seguir saltando algunos kilómetros más, y cuando menos lo esperó, aquella fortaleza metálica se presenciaba delante de él. No tenía un promedio de las fuerzas que los renegados del sur iban tomando con el paso del tiempo, pero aquella cosa era tan majestuosa como la organización. Algunos guardias iban patrullando desde la parte superior de la fortaleza con rifles, mientras que los otros se habían juntado en diferentes puestitos que cargaban ametralladoras.
Cuando ellos quisieron entrar, un grupo le impidió la entrada.
-Ustedes sí que se toman su tiempo en llegar –suspiró una joven castaña-. Saben que luego Alai se enfada y soy yo la que recibe las quejas.
Aquella joven movió su coleta alta y algunos mechones rojos dieron su presencia, era pequeña, no tanto como para ser considerada enana, pero si como parecer ser la más joven de todos aquellos muchachos.
-Soy Mir –se presentó al notar al nuevo-, segunda líder del equipo de recuperación.
-Yo soy Neji Shimura –murmuró el ojiplata-, ex miembro, creo, de la organización.
-Lo sabemos –sonrió otra joven que se encontraba escondida detrás de la morena, se podía ver su cabeza por encima de Mir, pero aun así había pasado desapercibida-, recibimos tu señal de auxilio hace un par de días, realmente nos sorprendió ver que fuiste capturado, movimos tropas tan rápido como pudimos. Por cierto, soy Noz.
-¡Alai se emocionó cuando se enteró de que habías pedido ayuda! –gritó Nat dando giros por todos lados-, saltaba como una mademoiselle amoureuse~ al enterarse de ti. ¿Y sabes qué? –Corrió hasta ponerse frente a frente con Neji, se acercó tanto que el otro podía ver a la perfección aquella manchita de mostaza que tenía en la comisura del labio, Nat revisó el área por seguridad para percatarse de que no hubieran testigos y empezó a hablar en susurros-. Ella hubiera venido en lugar del gruñón, pero decidió comer comida india unos días antes y tenía una diarrea del demonio.
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Buscado por amar
Fanfic(Cancelado. Rehaciendo en nueva cuenta) (Cancelado. Rehaciendo en nueva cuenta) (Cancelado. Rehaciendo en nueva cuenta) Siempre fue tratado como un ser sin corazón. Desde su más reciente vasallo hasta sus altos mandos, todos creían que tarde o tempr...