Capítulo 51

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-Adolescente mata a 8 hombres de origen ruso en un estacionamiento –releyó la nota en voz alta-. Testigos visuales afirman que este joven iba acompañado de un pelirrojo, ambos con el uniforme de la institución privada Konoha. ¿Acaso tienes algas en el cerebro? –bramó furioso el director. Al ser salida, los estudiantes se iban retirando del plantel, sin más la noticia de que el rubio había escapado de clases junto a otro compañero y que se encontraba siendo castigado en la dirección se esparció como cancha.

En menos de lo que pudieron pensar, casi todo el plantel estudiantil rodeó la dirección curioso.

-Fue de emergencia –gruñó el rubio sosteniendo con fuerza el hombro a Sasuke-, algo no salió previsto y tuve que actuar.

-¡Acaso no puedes comprender que hacemos lo mejor para ti! –gritó histérico Iruka, con ganas de lanzarle una gran cachetada al rubio. Se había acercado tanto al rubio que Sasuke dio un paso atrás intimidado. Este no intentó ni defenderse creyendo que se lo merecía, sin más la mano de Kakashi le impedía darle un golpe.

-No ahora –escuchó susurrar, pero de igual forma Kakashi tenía una expresión de molestia en su rostro. Hacía lo posible para mantener a Iruka en raya, pero cuando ni él mismo se podía controlar las cosas tomaban un nuevo rumbo. Entonces Naruto se sintió peligrar por un corto momento mientras que Sasuke se encontraba a su costado con una cara de perplejo total.

-¡Los mataste a todos! –le susurró el azabache.

-Todos menos a quien te dije.

Tsunade se encontraba contestando llamadas telefónicas, quienes llamaban para preguntar sobre los estudiantes asesinos. Naruto inmediatamente pensó en Gaara, y como reaccionaria este al ver la televisión y su cara pegada en esta. Las cosas se le complicaban mucho.

-No lo volveré a hacer –balbuceó intentado arreglar las cosas.

-¡Pero ya lo has hecho! –le bramaron todos-. Hay oficiales fuera de la escuela esperando a que demos la cara por tu error, aquí si puedes ir a la cárcel Naruto, debes comprenderlo. No puedes matarlos a pesar de que consideres que es lo correcto.

-¡Y a quién le importa si puedo ir a la cárcel de un estúpido país que deja entrar criminales rusos! ¡Deberían comprenderme, yo no puedo vivir tranquilo en un lugar como este cuando veo injusticia! ¡Me están matando por dentro! –explotó histérico. El dolor no ayudaba en nada si a este se le metía la presión-. Acabo de salvar la vida de los miserables japoneses de pacotilla y ustedes empiezan a criticarme con lo de matar y el país. Rusia o no ellos no estarán tranquilos sin ver sangre.

Su cuerpo temblaba, pero al estar sostenido de la espalda de Sasuke aun podía seguir un poco más. Por otra parte, este sentía que se había metido en una muy mala pelea familiar-. Y si lo que quieren es volverme a sedar como ayer, olvídense que no intentaré esquivarlo esta vez y les devolveré el golpe. Agh, ustedes me hartan.

Entre los adultos se miraron y observaron el rostro consternado del rubio. Este no se había dado cuenta, pero volvía nuevamente a lagrimar. Bendita agua insensible, escapaba de su cuerpo sin su señal y en la más infame de las situaciones. El picor que había sentido hace un momento le acompañaba, pero no había peor sensación que su propia familia lo considerara un asesino las 24 horas.

Sasuke amablemente le limpió las lágrimas con sus pulgares delicadamente, y rozó las mejillas del rubio que parecía querer golpear a la persona que se encontrara más cerca. A pesar de saber que él recibiría todo, no le interesó.

Verlo llorar dos veces en menos de un día era todo un logro, por no decir fin del mundo.

-Quiero irme a casa –jaleó, aprensando contra su pecho el mantel y el brazo de Sasuke que había estirado al intentar acomodarse.

Buscado por amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora