Capítulo 17

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Su cara era un poema y su situación incómoda. ¡Cómo rayos se le había olvidado preguntar en qué era representante! Tal vez lo imaginaba en algún cursito de matemáticas o como maestro de motivación ¡No artes marciales!

Abrió y cerró la boca repetidamente, sin saber que decir o pronunciar. Como intentando salvarlo, Hinata preguntó.

-Pero él no puede inscribirte sin tu credencial –razonó, varios le daban la razón y volvían a su posición original, sin más la cara de Naruto no mejoraba.

-Naruto...

-Se lo entregué antes de venir –susurró apaciguadamente.

La mesa empezó poco a poco a sentirse incómoda, Sakura saltaba de los nervios junto con Ino y Kiba no dejaba de escupir su bebida. Nuevamente el único tranquilo parecía Gaara.

-¿Qué haré ahora ttebayo? –su cabeza le pesaba más que nunca. No importaba que Itachi estuviera ahí para ayudarlo, ¡Sasuke era peor que un grano en el culo!

-No te despegues de Gaara –comentó Shikamaru-, y no seas muy problemático.

-¿Gaara ttebayo?

-También estoy en artes marciales –dijo de lo más tranquilo.

No es como si en algún momento él no se halla comportado de la misma manera, pero recibir una cucharada de tu medicina no era lo mejor que uno podía sentir.

Naruto se paró abruptamente y miró a Gaara como una salvación, tal vez hace solo unos instantes le haya caído de lo peor, pero esas palabritas mágicas ayudaban en su decisión.

-¿Puedo dattebayo? –murmuró con la garganta seca.

-¿Poder qué?

-Estar contigo todo el rato. Solo por hoy hasta arreglar este asunto.

Rogar no era su mejor palabra, pero si con esa arreglaba un poco la situación, era bienvenida.

Gaara siguió bebiendo su frugos mientras miraba a Naruto calmadamente, poco a poco lo esperaba mucho más con su demora, inclusive pensó no haberse rebajado por alguien como él. Pero era su única salvación, y no podía tampoco rogarle a Shikamaru para que se inscriba en último momento en artes marciales.

-¿Y bien? –repitió embarazoso.

Miró por segunda vez fijamente esos ojos agua marina, enamorándose del color.

El pelirrojo suspiró, bajó la cajita y abrió débilmente la boca para pronunciar débiles palabras.

-Has lo que quieras –se paró, botó la cajita al tacho y regresó a su sitio, todo en un lerdo movimiento.

Enserio este es el que se encuentra en artes marciales, rumió Naruto.

Gaara no era el mejor ejemplo para alguien que participa en artes marciales, él podía notar como desperdiciaba varios movimientos y se sentía augusto con ello.

-Bueno, chicos... –Sakura cortó el pesado momento- ...ya está por empezar las clases extracurriculares y como que somos los únicos en la cafetería.

Misteriosamente era verdad, todos los alumnos de segundo habían salido hace buen rato y de poco en poco empezaban a llegar los de tercero. El grupo rápidamente se paró y fueron directo a las canchas. Según le explicaban a Naruto, era ahí en donde los alumnos se reunían e iban en grupos a sus respectivos extracurriculares.

-Pero Itachi me dijo que lo esperada en el pasadillo de la biblioteca –comentó.

-Él sabrá que te encuentras aquí cuando no te vea –calmó Gaara-. Cualquier cosa diré que fui yo quien te trajo.

Buscado por amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora