Capítulo 1

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-Les rogamos apagar sus celulares durante el vuelo. - dijo la azafata entre los asientos del avión.

Apagué mi celular esperando no tener complicaciones. Mi vida no estaba resultando ser la que yo esperaba, nunca me imaginé tener que pasar por la muerte de mis padres, ni salir de Barcelona que era donde había crecido. Este viaje estaba resultando ser más complicado de lo que creía, no, todo mi mundo está resultando más complicado de lo que debe ser.

Escogí un libro de mi maleta, tratando de apartar mis pensamientos.

"Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes..."

Cerré de golpe el libro, cada vez me sentía más culpable de no haber pasado tanto tiempo con mis padres como debía de haber sido, tal vez si lo hubiera hecho hubiera cambiado un poco las cosas, y ahora no me vería en esta situación.

Tras seis horas de vuelo por fin descendió el avión, mis muslos estaban entumecidos y la cabeza me daba vueltas.

-Les rogamos abrochar sus cinturones para el aterrizaje. - dijo la señorita.

Me lo abroché, no estaba nada entusiasmada en irme con mi tío, no lo conocía, pero era la única persona que podía hacerse cargo de mí hasta que cumpliera los 18 años, en pocos meses.

Al bajarnos del avión no sabía dónde me esperaría, hasta que vi una camioneta, (una Land Rover para ser exacta), donde esperaba un hombre adulto que al verme abrió la puerta de su automóvil.

-Gracias por venir por mí. - dije siendo amable.

Él solo me fulminó con la mirada bajó sus lentes oscuros y se metió a su coche. Sorprendida al ver que no me respondió, me limité a subir también al auto. Durante el trayecto del aeropuerto a la casa de mi tío, todo transcurrió en silencio, él me observaba de vez en cuando por los retrovisores, pero no me decía nada, pasadas dos horas casi, llegamos a una casa enorme en las afueras del pueblo.

Mi tío se bajó y sacó mis maletas del auto.

-Toma. - dijo extendiendo un juego de llaves frente a mí.

-¿Para qué es esto? - pregunté confundida.

-Vivirás aquí. - señaló la enorme casa frente a nosotros.

-¿Yo... Sola? -pregunté con un hilo de voz.

-Sí, tú sola, ahora toma.

- ¿Y... Tú? - dije esperando que fuera una broma lo de vivir sola, pero a juzgar por el tono de su voz hablaba en serio.

- ¿Por qué haces tantas preguntas? - dijo en tono un poco alto y un poco grosero.

Bajé la mirada avergonzada.

-Ah, yo vivo en el pueblo, pero no te llevaré conmigo, ya estas lo suficientemente grande como para vivir conmigo. - dijo dándose la vuelta y metiéndose nuevamente a su auto.

-Bueno... Me las arreglaré sola. - musité en voz baja aunque la idea no me convencía.

La camioneta de mi tío se alejaba cada vez más, hasta que desapareció de mi vista por el largo camino que conducía al pueblo. Me disponía a entrar, pero me daba un poco de escalofríos entrar ahí... Parecía una casa abandonada.

Al girar la llave, la puerta rechinó un poco al abrirse. Las luces eran débiles y amarillentas, subí por los escalones hacia una puerta que parecía la alcoba principal, era grande, y hasta cierto punto familiar. Cerré la puerta de la habitación de golpe, no quería nada que fuera familiar, quería un nuevo comienzo y esto por el momento no me ayudaba, tal vez más adelante la ocuparía, pero en este momento no podía.

Pasé a la siguiente habitación, no era tan grande como la anterior, pero podría instalarme ahí, me acosté un rato en la cama y respiré profundo.

Mañana bajaré al pueblo, tengo que encontrar una nueva escuela, no puedo estar encerrada todo el tiempo. No quiero estar sola, nunca más...

Mi pequeño gran amor. #PGP2016 #PremiosWABooks #CBL (Go Wattys 2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora