Rayan:
-Bien hecho Rayan, ahora saca a Connor de la cárcel.-dijo mientras salía de los arbustos.
-¡Cállate imbécil!-dije mientras lo agarraba del cuello de la camisa. Apuntó el arma junto a mi oreja y sonrió maliciosamente.
-Suéltame y cálmate.
Le pegué un puñetazo en el estómago y se tambaleó del dolor, comencé a correr en busca de Valeria, ¿¡Cómo pude ser tan imbécil de decirle lo que le dije!?
Valeria:
¿Por qué Rayan me hizo esto?-sollocé, me dolía recordar sus palabras ¿¡Por qué a mí!?
-¿Estas bien?-preguntó una voz entre los árboles.
-Perfecto ahora creo que los árboles hablan, ya me volví loca.-musité.
Nadia salió de entre los arbustos y se puso a mi lado.
-No te has vuelto loca soy yo.-sonrió.
-Ahh perdona. ¿Qué haces aquí?
-Eso debería preguntártelo a ti.
-Vine con Rayan.. Pero....-dije mientras se me quebraba la voz.
-Ahhh.-dijo fastidiada.- respondiendo a tu pregunta regularmente vengo aquí, mas adentro del bosque hay un cementerio de las personas más queridas del pueblo y mi hermano está enterrado ahí.-musitó.
-Ahhhh.-dije sintiendo un poco de curiosidad por ver que había ahí.
-Puedo llevarte a casa si quieres, me queda de paso.-sonrió mientras se le escapaba una lágrima.
-Gracias.-musité con tristeza; nos subimos a su auto y me quedé viendo la ventana unos momentos.
-Ya casi terminamos el bimestre.-dijo aliviada.
-Sí.-dije desanimada, tenía ganas de echarme a llorar pero no podía algo me impedía llorar. Llegamos a mi casa y me despedí, agradecí en mi mente que no me hubiera hablado durante el resto del camino y entré a mi casa, me aproximé a la sala y Patrick se encontraba revisando su celular.
-¿Qué tal la cena hermanita?-preguntó sonriente, levanté la mirada y su sonrisa desapareció.-¿Qué pasó?
Me eché a llorar en el sillón y se acercó a mí envolviéndome en sus brazos.
-Te.... Terminamos.-sollocé, al decir esto sentí que se desgarraba una parte de mí y cerré los ojos con fuerza.
-¿Qué?-preguntó confundido. Pasaron unas horas y mi llanto se fue apaciguando aunque por dentro seguía igual de destrozada.
-Dime que sucedió.-suplicó.
-No lo sé, solo me dijo que ya no me quería y estaba harto de mí.-titubeé.
-Imbécil.-dijo furioso.
Comenzaron a salir lágrimas de mis ojos y me las quitó con las yemas de sus dedos mientras me miraba a los ojos.
-No sé si podré soportar estar más tiempo aquí-musité contra su pecho.
-Puedes venir conmigo a Washington si quieres, ya casi terminas la escuela.
-No..... Eso es demasiado.. Además aún no trabajo, no puedo pagar un apartamento.
-Vivirás conmigo, no hay problema, déjame los asuntos de dinero a mí.-sonrió.
-Solo por un tiempo hasta que consiga como mantenerme.-musité.
-Me parece bien, nos vamos mañana a primera hora.
-¿No debías hacer tus exámenes mañana?
-Sí, pero decidieron mandármelos en línea y ya los hice.-sonrió victorioso.- puedo solicitar que también te hagan los tuyos.
-Sí, gracias.- Sonrió y sacó su celular, mando un mensaje y momentos después volteó a verme.
-Ve a tu computadora, ya están los exámenes en línea.-sonrió.
-Qué rápido.-dije sorprendida.
Subí las escaleras y entré a mi habitación, me vi al espejo y tenía los ojos hinchados y el delineador corrido, parecía mapache. Me lavé la cara y me senté a la orilla de la cama.
-Me iré a Washington con Patrick, no voy a dejar que Rayan me siga lastimando.-pensé con tristeza.
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Mi pequeño gran amor. #PGP2016 #PremiosWABooks #CBL (Go Wattys 2016)
Novela JuvenilTras la muerte de sus padres , Valeria decide ir con su tío que vive en un pueblo a las afueras de Canadá, por las montañas, todo comienza de nuevo, nuevos amigos, nueva escuela, nueva vida. Ahí conocerá a ese pequeño gran amor, ese que hace palpit...