Un minuto más

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09 de septiembre de 2021

Querida Julia:

Hoy Crookshanks cumple seis años de vida, por lo que consideré necesario narrar en esta carta su historia.

Hacia el 2010 te leíste los libros de Harry Potter y al ver el nombre Crookshanks en tu libro favorito, me hiciste prometer que si volvíamos a tener mascotas, te dejaría llamar a una así.

—Pensé que odiabas los gatos —comenté, tomando una de tus manos.

—¿Sí? —preguntaste confundida—. Da igual, no quiero un gato. Es por si tenemos otro perro.

—Creí que con Ringo ya habíamos tenido suficiente por mucho tiempo.

Volteaste los ojos, molestándote.

—Bueno, ¿por qué no Scabbers o Hedwig? —pregunté, para remediar mi error.

—No me gusta Scabbers, obvio. Traidor ese, rata inmunda... —Bien, ahora no estabas molesta conmigo, sino con un personaje ficticio. Perfecto—. ¿De qué hablábamos? —inquiriste, dejando un insulto por la mitad.

—De que nuestro próximo perro se llamará Crookshanks —respondí, y te besé.

Tardamos cinco años en volver a tener otra mascota. No fue porque buscamos tener un nuevo perro; él sólo nos siguió un día que fuimos al parque. Eso sucede si le das comida a un perro callejero, Julia. Pero no me quejo, es un perro muy leal.

Andrés lo tuvo un día completo en su clínica veterinaria, y cuando volvimos a ver a Crookshanks, por poco no lo reconocemos.

—¡Qué bello! ¿Cómo se llamará este...? Eh...

—Este perro... —Me miraste agradecida­— tan hermoso se llamará Crookshanks. —Tus ojos me miraban confundidos—. Una promesa que hice —aclaré, y evité ahondar más en el tema.

—Sí, es un perro muy lindo —dijo tu sobrino, para volver al tema anterior—. Tiene muy buena salud para ser de la calle. Tiene tres meses de edad. Me arriesgo a decir que lo acaban de abandonar.

Cogiste al perro entre tus brazos y lo abrazaste como si la vida se te fuese en ello.

—Yo nunca te abandonaré —prometiste, y él te lamió la cara.

Con amor,

Isabel