XXVIII

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29 de febrero de 1964

Estimada Isabel:

No sé por dónde debo empezar esta carta. Son tantas cosas las que recorren mis pensamientos en estos momentos que no soy capaz de escoger una y plasmarla en estas páginas. Tenemos tanto tiempo sin hablar que veo improbable el hecho de entregarte este escrito, sin embargo, espero ser lo suficientemente valiente como para hacerlo, porque mereces saber toda la verdad.

Hoy es un día muy especial, cada cuatro años podemos presenciar un 29 de febrero. Para algunas personas podría ser irrelevante pero para mí no. Los 29 de febrero son muy interesantes y constantemente me pregunto cuántos podré vivir. ¿Sabías que hace tiempo en algunos países hubo un 30 de febrero? Los más cercanos fueron en 1930 y 1931, en la URSS. De seguro sí lo sabías, eres muy inteligente, pero quise decirlo, tal vez para seguir dándole vueltas al asunto y evitar ir al punto.

No desesperes. Tenme paciencia, por favor.

Estos años sin ti han sido desastrosos, aun cuando no lo vayas a creer. No fue fácil dejar de hablarte, por más que mis pensamientos hacia ti al comienzo no fueran, en lo absoluto, los mejores; te quería y estaba acostumbrada a estar contigo. Fue difícil ocupar las horas que pasaba contigo con actividades irrelevantes y tratar de no pensarte tanto; lo último me lo complicabas con los pequeños detalles que Adriano me hacía llegar de tu parte. Muchas gracias por los regalos, por cierto; aún tengo guardadas las entradas para el cine que me dio mi hermano.

Hiciste más por mí esos años sin saberlo que cualquier otra persona, por más que no me llegues a creer cuando lo sepas. Muchos hombres me presentó mi abuelo y ninguno llegó a ser tan detallista como tú lo fuiste, ni llegaron a entenderme como tú lo hacías. Con ellos no podía ser Julia, una chica que se despedía de su adolescencia y tocaba el violín y el piano con el mismo amor de la primera vez; no, con ellos debía ser Julia Villarreal, joven de la sociedad, quien esperaba ansiosamente un marido al cual darle una gran descendencia y colmarlo de atenciones. Ninguno fue el indicado, Isabel, ahora lo entiendo.

Por otra parte, cambiando de tema drásticamente, ¿sabías que los hombres son más propensos a suicidarse al ser personas de avanzada edad que las mujeres? Mi abuelo entra en esa estadística. Les hicimos creer a todos que se había ido de vacaciones hace un año, sin embargo, no es cierto. Él comenzó a beber, y mucho; tanto es así que mi abuela, para «evitar vergüenzas», lo dejó en la casa de la playa con tres personas para que lo cuidasen. Tuvimos que partir de improvisto en noviembre porque él, alcoholizado y deprimido, intentó quitarse la vida.

No es sencillo ver al hombre con el que te criaste caer así, Isabel, y no poder hacer mucho para ayudarlo. Más que mi abuelo, era mi amigo, mi padre, mi consejero. Y me destruye saber que no le pude brindar toda la ayuda que él me dio en mis veintiún años de vida. Retrocedo en el tiempo constantemente, recuerdo los primeros cambios, cambios a los que no les presté la atención debida... Tal vez lo pude haber evitado.

Dos días antes de dejar este mundo, él se acercó a mi cuarto en la noche, y por más que oliese terriblemente a alcohol, estaba en sus cabales.

—Julia, mi nieta querida. —Se sentó en la orilla de la cama, creyéndome dormida—. Me estoy volviendo loco. No puedo seguir así —sollozó—. Olvido quién soy, me vuelvo violento. Tal vez sea culpa de la bebida, tal vez no. Sólo sé que no soy quien solía ser, me perdí en el camino y es imposible encontrarme de nuevo. Todo sería un poco más fácil si María me creyera, no obstante, tu abuela jura que me he vuelto loco, y no va desencaminada. —Acarició mis claros cabellos, heredados de él, con sus temblorosas manos—. No soy más el hombre que conocías. Soy un cobarde por decirte todo esto mientras duermes. —Se quedó en silencio un par de minutos, llorando; yo tenía miedo de romper la atmósfera que él había creado, por lo que seguí haciéndome la dormida—. Ten lindos sueños, querida, disfruta de ese mundo que es enteramente tuyo.

Un minuto másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora