Un minuto más

XLII

23 de diciembre de 2012

Estimado Niño Jesús:

Lo que quiero pedirte para estas navidades es que me des el placer de poder recordar todos estos momentos junto a Isabel, por favor. Sé que mi enfermedad irá avanzando pero no quiero olvidar, no quiero olvidarla. Sé que es inevitable, sólo no quiero que suceda. Quiero recordar hasta el día de mi muerte la sonrisa de Isabel, sus ojos brillando cuando me ve, la forma en la que me habla, cómo me trata, cómo me hace sentir amada. Si los recuerdos no siguen llegando a mí cuando los evoque, no dejes que desaparezcan. Permíteme soñar con ellos, permíteme por lo menos recordarla en mis sueños. No quiero que todo sea oscuridad, quiero seguir viendo la luz, la cual para mí se llama Isabel Victoria Osorio Blanco.

No pido más que eso, Niño Jesús. No pido que me cures ni ropa ni libros. Te pido mantener los recuerdos en mi memoria hasta el final de todo, más allá de éste... Y te pido permitirme hacerla feliz hasta el último segundo, como siempre ha sido mi deseo hacerlo (sí, ya sé que es otra cosa cuando al comienzo te dije que no pediría más nada, pero ¡es Navidad!). No quiero que esta enfermedad la consuma como lo hará conmigo en unos años. No quiero traerle más tristezas a su vida. Por favor, te lo suplico. No dejes que se hunda en la desdicha y permíteme hacer todo lo posible para evitarlo.

Feliz Navidad.

Sinceramente,

Julia Villarreal