Su rostro reflejaba algo diferente, se quedo por un momento observando su reflejo en el espejo, deseaba arreglarse un poco más de lo normal, no entendía la razón, es decir todos los días recibe pacientes, que era lo que cambiaba con este tal señor Alvarez, no sabia la respuesta, pero necesitaba sentirse mas segura de lo que ya era. Abrió su caja de alajas, busco y busco la que fuese adecuada para la ocasión, algo arreglado pero no muy ostentoso.
- El sol (dijo en voz alta).
Este se encontraba en su pequeño estuche en uno de los cajones del tocador, el mismo no había tocado su cuello desde esa ultima noche con el joven mexicano. Intuía que ese era el momento para volver a usarlo, pocas veces su intuición le jugaba malas pasadas. Esa joya elaborada con detalles tan delicados y particulares tenían un significado muy importante para ella, no solamente le demostraba que poseía luz en un momento oscuro, era parte de un legado de sus raíces, ademas se lo había dado el único hombre que amo más allá de cualquier cosa, con el que logro una conexión casi imposible de realizar.
Desayuno ligero, la angustia seguía instalada en su ser, intentaba racionalizar la sensación algo tan característico de ella, buscaba una respuesta lógica a las cosas aunque en el fondo sabia que no todo en esta vida tiene un sentido lógico. Argumentaba que algo le había caído mal y por eso tenia ese dolor de estomago, llego temprano a al consultorio, faltaba una hora para que el misterioso paciente apareciera, estaba inquieta y sentía cada vez mas punzadas en su abdomen, decidió adelantar pendientes para distraer su cabeza de los pensamientos negativos que la asechaban.
...
Saco casi toda la ropa que poseía en su armario, el deseaba que en ese encuentro no lo vea desalineado y corriente, por lo general no se fijaba mucho en eso, en cambio ese día era diferente, hace años no veía a Ámbar, seguramente ella seguía tan sofisticada como la recordaba. Se inclino por unos pantalones negros ajustados, una remera blanca y una camisa de jean. Dejo su cabello descubierto, aun utilizaba sus típicos gorritos excepto esa mañana. Ya casi era hora de la cita, llego a un edificio con hermosa infraestructura, estaba bien posicionado frente a un parque lo que le daba un toque de naturaleza en una ciudad puramente pavimentada y algo le llamo más la atención, estaba sorpresivamente muy cerca del roller. Mientras subía por el ascensor esos ocho pisos se le hicieron eternos, revolvía su cabello nervioso, saco de su bolsillo la tarjeta y acaricio con sus dedos el nombre impreso. Por fin estaba frente a frente a la puerta numero seis, toco la puerta...
- Pase... (se escucho la voz de la rubia del otro lado).
El entro y ella no noto su presencia por unos segundos ya que seguía sumida en sus papeles, levanto la mirada y la vio, sin duda seguía siendo una joven hermosa, traía un suéter blanco y una camisa azul oscura que se dejaba ver por su cuello, un jean oscuro y unos tacos color natural, lo que mas lo sorprendió es que su cabello estaba tan largo que llegaba hasta su cintura, sonrió al verla concentrada como cuando era adolescente y hacia las tareas para el blake.
- Disculpe señor Alvarez, cuando me pongo con mis pendientes me cuesta mucho volver al mundo real (dijo con una sonrisa, hasta que levanto la mirada)...
Su lapicera callo de su mano y la joven ojos de mar se quedo paralizada...
- Si, Si...Simón?
- Hola Ámbar.
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Construyendo otro final.
Teen FictionEsta historia es la continuación de Soy Luna, pero enfocada en Ámbar y Simón, el comienzo de una relación extraña en un primer momento y su desarrollo. Al parecer Ámbar se volvió "buena" y Simón aun esta recuperándose de la ruptura con Luna. Se dan...