F E M! • Joshler Jalex Kellic Perrentes Frerard Peterick Brallon

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🌻Tyler🌻

–¿En que piensas, amor?– me dijo Josh al mismo tiempo que me abrazaba y depositaba un beso en mi mejilla.

–Uh estoy preocupado– levanté mi brazo y acaricie su brillante cabello.

–¿Le pasó algo malo a alguno de tus amigos?

–Tal vez, Patrick intentó hacerle mucho daño a alguien.

–¿Entonces fue el que provocó el daño?

–No, se veía completamente asustado por lo que hizo– hice una pequeña pausa para voltear a mirarlo– no creo que lo hiciera estando bien ¿le pasará algo? Ayer fui a hablar con el y se veía muy mal, adelgazó y tenía los ojos rojos e hinchados de llorar.

–No tengo idea de que le puede pasar ¿y si vamos a ver como está? 

–¿si? ¿estas seguro?– le pregunté, tal vez era correcto darle a Pat su espacio.

–Solo puede hacer cualquier cosa que atente contra su salud.

–¿Que insinúas?– el solo miró hacia otro lado y no me respondió.

Entonces me levanté rápidamente y abrí la puerta dispuesto a ir a su casa.

Josh, después de cerrar la puerta, caminó junto a mi hasta donde habitaba mi amigo del alma, el cual por suerte si estaba en la casa.

–Si, está arriba, voy a avisarle– dijo la sonriente mujer y subió las escaleras hasta donde se suponía estaba el cuarto de Patrick.

Al volver nos hizo una señal para que subieramos, la cual obedecimos casi inmediatamente.

Toqué la puerta varias veces hasta que se abrió, de nuevo la misma imagen del Patrick terriblemente mal.

Se hizo a un lado, dejándonos pasar a su cuarto, el cual estaba completamente igual a como estaba el día de ayer, pero esta vez sin Patrick en las sabanas llorando sin parar.

–E-estás bien?– lo miré buscando respuesta.

El solo miró a Josh con desconfianza, comprendí perfectamente el mensaje.

–Josh ¿Puedes salir un momento?– si, se escuchaba demasiado grosero, pero debía de entender que Patrick aún no confiaba tanto en el.

Dudo siquiera que sean amigos.

Josh salió de la habitación sin hacer ningún tipo de discusión, creo que lo había entendido.

–Me siento muy mal– se sentó en el borde de la cama, sin mirarme.

–¿Por lo de Tony? Vamos, todos cometemos errores.

–Pero ellos no lo ven así, nadie lo vería así, después de todo aún existía la probabilidad de que muriera por algún auto.

–Seguro si les explicas tu sentir puedan perdonarte– puse mi mano en su hombro y le sonreí.

–No me van a perdonar, los chicos no me hablan para nada y si intento disculparme con Tony lo mas probable es que Mike me golpeé aún peor.

–Hay que buscarlo cuando no esté con Mike, yo me encargaré de hacer que los demás dejen de actuar como pendejos y no te traten tan mal– le di un abrazo que no tardó en ser contestado.

–De verdad, muchas gracias– se separó de mi y me sonrió poquito.

–¿Necesitas algo mas?

–Si, que le digas a Pete que deje de mandar flores, no se que hacer con tantas, además a de gastar mucho en eso.

–Woh entonces donde las guardas?– solté una risita, la verdad es que no las había visto por ningún lado.

El se levantó, camino hasta su armario y abrió la puerta, efectivamente, no cabía nada mas por todas las flores que estaban ahí.

–¿Donde dejaste tu ropa?

–Ah, la puse en una mochila que está debajo de la cama– se encogió de hombros.

–Si tanto te estorban ¿porque no las tiras?– levanté una ceja confundido.

–. . . Uh ya sabes que me encantan las flores, no podría tirarlas– miró hacia abajo mientras cerraba de nuevo el armario.

–¿Y si te ayudo a ordenarlas en todo tu cuarto? Sería un desperdicio tenerlas todas en el armario sin que puedan ser apreciadas– caminé hasta el y volví a abrir el armario.

–hm creo que tienes razón– sonrió un poquito– Dile a Josh que ya puede entrar.

Sonreí y me asome por la puerta, viendo como mi amor esperaba a los pies de la escalera, estaba hablando con la madre de Patrick de no se que cosa.

–Jishwaaa ya puedes venir– caminé hacia el y vi como dirigía toda su atención hacia mi.

–Está bien, hasta luego– le sonrió a la mujer y subió conmigo de nuevo al cuarto de Patrick.

Cuando volvimos el ya estaba sacando los jarrones con flores de el armario.

Al final de nuestra visita ya habíamos ordenado las flores por toda la habitación, sorprendentemente no habían ocupado tanto espacio.

Nos despedimos de el y caminamos por las calles en sus ultimos minutos de luz solar, ya que hoy no había tantas nubes como ayer y se podía apreciar mejor el cielo.

Tomé la mano de Josh sutilmente, vi como sonrió mostrando los dientes y entrelazó nuestros dedos.

–Te amo– sentí mi cuerpo entero temblar, rogaba porque no lo hubiera notado.

–Yo también te amo.

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Volví hasta estas horas porque me sentía bien pinches feo c:

Bai ❤