5; Póker.

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La carencia de emociones pasaba factura en su sistema, sin embargo ignoró la irritante sensación vibrante en sus mejillas y reprimió el impulso de sonreír altanero.

Tyki, Road y el Conde se mantenían igualmente inexpresivos frente a él, Jasdevi y Skinn sólo les observaban con ligera extrañeza un poco alejados, pero por la baraja entre las manos de Allen podían darse una idea de lo que harían.

Esa era la decimotercera partida del día, celebraban la exitosa recolección de una inocencia y su perfecta destrucción. Aún y cuando algo se removía en el interior de Walker ante eso, no negaría su felicidad del tiempo en familia con los Noah.

Decidió sacar conversación luego de repartir las cartas entre sus contrincantes con una expresión de absoluto desdén.

—Entonces... —inició—. Escuché que la Orden está teniendo problemas para encontrar a uno de sus generales...

—No preguntaré —siseó Tyki, perdiendo totalmente su calma—. A juzgar por los gritos de Road cuando llegaron, creo que todos estamos al tanto de lo que te sucedió.

—Eso no tiene nada que ver, estúpido viejo —bufó enervándose—. Sucede que lo escuché de casualidad de parte de unos buscadores poco antes de cruzarme con la exorcista de bonito cabello.

Kamelot se crispó y golpeó con su rodilla el borde de la mesa improvisada que Tyki había ubicado entre ellos, el tablón de madera golpeó el abdomen de Allen e hizo caer las cartas que quedaron sobre él.

Walker se quejó.

—¿Te interesa una exorcista? —bufó el Conde con una mueca—. Sí sabes que somos enemigos naturales, ¿no? Un romance con uno de ellos está completamente prohibido.

—Ya, ya, que lo sé —rodó los ojos—. No necesito escucharte decirlo, sólo señalo un hecho.

—¿Tenía lindo cabello?

—Por algo lo digo, ¿no? —Tyki asintió con una sonrisa insistente—. Sí, tenía lindo cabello en coletas y unos ojos bonitos.

—Mis ojos son más bonitos —farfulló Road por lo bajo—. Yo soy más bonita que esa niña.

—Claro que sí, cariño —rió Allen—. Eres la hermanita más bonita que he conocido, muchas chicas desearían ser como tú.

Y no mentía. ¡¿A quién no le gustaría su aparente eterna juventud y esa regeneración suya?! Obviamente a Walker le vendría de perlas, pero su despertar como Noah seguía lejano y, algo le decía, no le gustaría su llegada tampoco.

Road sonrió complacida y una sombra rosa cubrió sus mejillas, eso hizo que el albino notase sus alrededores.

Tyki lucía su apariencia Noah, con la piel morena y el sombrero de copa abandonado sobre la cabeza blanquecina de su protegido, Road lucía su piel blanca con el sonrojo causado por las palabras de Allen y el Conde... El conde andaba nuevamente en fachas de loco.

La sonrisa gigantesca traía horrorosos recuerdos a la mente del menor de ellos, aquel apodado aún cariñosamente como Red por Jasdevi y Skinn.

—Bah, no coqueteen que son familia —espetó Tyki con una mueca—, que sino Sheryl no aceptará que Allen viva con ustedes de lunes a miércoles y no lo soportaría más que fines de semanas.

—No entiendo la división de custodia que tienen sobre mí —bufó con una mueca—. Lunes a miércoles con los Kamelot, jueves y viernes con el conde; los fines de semana con Tyki.

—Es una división llena de justicia —explicó el Adam—. Todos queremos un poco de ti, Allen-kun.

—Venga, ahora el japonés y sales tú —rodó los ojos y el conde rió—. Que aburrido estar con ustedes, chicos.

Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora