63; Frustrante.

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Matar bajo el Dios que había decidido seguir...

La celda se encontraba sumida en el silencio, ni siquiera los guardias fuera de ella se atrevían a generar alguna clase de sonido. Su único compañero dormía y Allen se encontraba herido, emocional y físicamente herido.

Después de destruir de la puerta su declaración fue tomada como acto de rebelión, la piedra que mantenía el sello sobre Tokusa y a Fou entre ellos se rompió, sumiendo el lugar en el completo caos mientras Leverrier le exigía que fuera tras los segundos y destruyese a Alma Karma.

Todo se resumió en una decisión que le costó su puesto como exorcista; El plan de los terceros era un sinsentido, no le importaban esas cosas. Sólo quiso salvar a Tokusa del destino que le esperaba... Y Link no se lo permitió.

Sellando su inocencia, su movilidad y toda esperanza de salvar al cuervo, Howard no obedeció a sus pedidos y no hizo nada para evitar que el desastre se volviera más caótico.

El Conde se los llevó.

Madarao, Tewaki, Tokusa...

Simplemente se los llevó y juró regresar por Allen... No, por el decimocuarto, aquel que rompía todas las reglas de aquella guerra santa.

Luchar siguiendo sus propios dioses...

Suspiró.

Tres horas habían transcurrido desde que su encierro comenzó, Tim se encontraba reposando después de haberlo salvado de Tewaki y se preguntó qué demonios le había dado Link de comer como para acabar tan gigante.

Un sello descansaba en el centro del Gollem, donde deberían haber ojos...

A veces sentía que Timcanpy era más humano que él, lo envidiaba un poco sólo por eso.

Movió sus piernas ligeramente, sintiéndolas entumecidas y se irritó con el sonido que la acción generó en sus grilletes. Las cadenas eran ruidosas, se encontraba bastante sensible en ese momento y por si fuera poco tenía hambre.

¿Qué más quería la vida de él?

Egoístamente había escapado, estúpidamente encontró una razón para estar fuera, ridículamente lo olvidó, patéticamente lo recordó y pendejamente se encontraba perdiendo uno a uno a cada persona que una vez amó.

Más allá de Kanda, quien era su capricho.

Su corazón se encontraba herido.

Mana quería al decimocuarto a su lado... Él era el decimocuarto, era el recipiente de Nea. No había manera de que supieran que Allen acabaría siendo el traidor de los Noé, por lo menos eso pensaba, pero...

¿Y si Adam lo sabía? Era el puto primer Noé, el maldito Conde Milenario de los cojones, sabía siempre dónde despertarían los nuevos Noé, también quién era quién y...

Era imposible.

Si tanto quería estar con Nea, entonces tenía que saber que estaba en su interior.

Mana lo dijo una vez, aquella en que su brazo regresó por primera vez, aquella en que un akuma lo atacó.

Él, Allen Walker, era su importante hermano.

¿Quién era, entonces? ¿Qué sentido tenía su vida? ¿Su conciencia individual e independiente sólo era una mentira? ¿Moriría tarde o temprano una vez que Nea reclamase su cuerpo?

Lo odiaba.

La puerta se abrió finalmente, interrumpiendo el hilo de pensamientos que estaba tomando vuelo en su mente. Miró sin interés a Link, quien colocó en la solitaria mesa de su celda una cantidad razonable de comida.

Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora