81; Memorias compartidas.

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Los sucesos de aquel día, seguían grabados en su mente.

Cuando el invierno de  su primer año en convivencia con los Noah llegó, también lo hicieron las inseguridades. Había sido secuestrado, involucrado en un acto que le llevó más que un ligero cambio en el color de su cabello y, por si fuera poco, Skinn se había comido el último trozo del pastel de chocolate que Lulu le regaló.

Las angustias en su vida, no hicieron más que acrecentarse al salir del arca por primera vez en (por lo menos) dos meses.

Había tenido un problema que involucró drogas, Jasdevi y un Noé teñido. Sinceramente, seguía sin entender por qué no acababa de agradarle a Sheryl. ¡Patricia se había tomado el cambio de estilo en su marido bastante bien!

Asumía que era un problema más interno, algo que sólo una mente como la de aquel que no le quería podría comprender.

Como sea.

Allen suspiró, trazando en la nieve un cículo perfecto y algunas líneas que señalaban un "algo" que no acababa de entender. Miró a su acompañante, encontrando poco consuelo al verlo y simplemente suspiró, levantándose al tiempo en que sacudía sus enguantadas manos con una mueca.

—Mana, eres raro —comentó, acercándose al hombre—. ¿Ahora qué haces? Te meterás en problemas con Lulu si te encuentran dibujando en las paredes del arca.

Que no es como que fuera a suceder, mucho menos que Allen estuviera hablando desde la experiencia... Es decir, sí, Lulu acabó por regañarlo cuando lo encontró trazando sus "dibujitos raros" en las paredes del arca, pero...

Disculpen, ¿de qué se hablaba...?

¡Oh, sí!

El Conde sonrió, completamente imperturbable y miró al niño con las manos en las caderas. Irremediablemente la mirada del mismo se fue hacia la piedra que Adam sostenía tan entusiasmado.

—¡Nadie dirá nada! —aseguró de buen humor— Además, no estamos en el arca. ¡Y no estoy dibujando en las paredes! Estoy escribiendo.

El niño arqueó una ceja, dirigió sus ojos hacia el trazo del adulto en el mural a medio derrumbar, seguidamente regresó su atención hacia el rostro del Conde. Sonrió ligeramente, intentando disfrazar un poco de su burla.

—¿Y qué idioma es? No creo conocerlo, la verdad —se mofó—. Además, siempre he querido preguntarlo, pero... ¿Por qué se te deja a ti "escribir" en donde te dé la gana y a mí no?

—Porque yo soy un adulto y tú no.

—Ajá —rodó los ojos—. ¿Qué más? Tus argumentos no me convencen.

—Bah, da lo mismo. El punto es que soy el jefe y nadie me contradice... Bueno, sólo tú —suspiró, relajando su postura y tirando la piedra lejos de ellos. Se giró y señaló su "dibujo"—. Sobre tu pregunta, esto es... Podríamos decir que es un amuleto, ¿sabes lo que es?

—Conozco más de esoterismo de lo que debería —el niño bostezó ligeramente aburrido y se colocó junto al Conde para mirar con detenimiento la pared que Mana había rayado—. Sigo todavía con las invocaciones, pero puedo hacerme una idea de lo que es un amuleto.

—No es uno de esa clase... —calló, extrañado por el conocimiento que Jasdevi le estaba dando al hijo de Tyki— O eso creo. Por cierto, ¿alguien sabe sobre...?

—Nah, Devit me hizo jurar no decirle a nadie; especialmente a Lulu y Tyki, creo que les tiene miedo —sonrió divertido—. Me estoy pensando el mencionarlo de "casualidad", pero sigo sin estar convencido. ¿Crees que me meteré en problemas?

Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora