42; ¿Por qué?

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No lo recordaba, ¿quién había sido?

Miró aquella extraña partitura, aquella extraña canción y sus dedos se movieron sobre las teclas, presionando sin descanso, sin dudas, sin titubeos y... Sin entender.

Esos símbolos... Esos símbolos los había creado él, los trazaba en sus dibujos invisibles cuando le castigaban, cuando Riggs impartía sus clases de matemáticas y cuando Tyki se iba.

Siempre la tristeza fue su compañera, sin querer permitirse el ser visto como alguien débil por los demás, siempre se esforzó por no dejarse vencer.

Lenalee tenía razón, no podía llorar. Siempre quería hacerlo, debería hacerlo, pero no podía.

¿Por qué su dibujo estaba allí? ¿Por qué podía tocar aquel piano con elegancia? Miró el sello dentro del círculo, sus ojos se estrecharon.

—Esto es...

—Esa canción está dentro de “Allen” —escuchó de aquella sombra a sus espaldas—. Esta melodía te pertenece...

Frunció el ceño.

Sabía que de cierto modo era así, sin embargo no era normal. Él no debería poder tocar nada que no fuera un triángulo (y por pura casualidad), sus dedos no deberían parecer estar vivos y, definitivamente, aquella melodía no debería resonar en su cabeza a medida que leía.

—Deja se cantar —ordenó malhumorado—. Sal de mi cabeza.

No sabía a quién hablaba, pero en serio lo quería lejos de su mente.

Había sido un día duro, no quería nada de aquello, ¿qué estaba sucediendo? Simplemente... Estaba tan confundido.

«Y entonces el chico cayó dormido profundamente, las agonizantes llamas en cenizas, una a una caerán en el querido rostro...»

Bufó.

«En la noche en que los ojos plateados temblaron, tú naciste, reluciendo con fuerza...»

Nostalgia.

Eso era todo lo que sentía, como si aquella canción fuera algo más, como si no estuviera allí para causarle mal y no fuera...

—Cientos de meses y millones de años —murmuró casi de manera inconsciente—. No importa cuántas plegarias regresen a la tierra, yo... Seguiré rezando...

Sus dedos dejaron de moverse, miró fijamente aquella partitura y suspiró resignado.

Mentía.

¿Él lo inventó? Aquello no era suyo, era sobre él.

Así sonaba, ¿entonces por qué...?

—¡Mueve el arca, Allen! —escuchó gritar a Cross en su oído— ¡Enlaza tus deseos con la música!

—¿Mis...?

—Deseo...

Tembló.

¿Deseos? ¿A qué le habían llevado sus deseos hasta ahora? Le separaron de su familia, le separaron de sus amigos, todo era tan...

Recordó a Komui.

Sus palabras... ¿Qué era lo que él le había dicho cuando entró al arca? Sus dedos se movieron tímidamente, incómodos al volver a ser suyos, completamente inexpertos.

—Quisiera abrazar a Julieta cuando regresemos —confesó hacia el piano—. Patearé a Lavi cuando se quede dormido en medio del pasillo... Krory se irá a beber con Miranda y Komui, entonces ellos harán una fiesta y después nos iremos a dormir.

Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora