Noah.

73; Ugh.

Fuertes vientos lo estremecieron, sus ojos se abrieron con lentitud y una imagen impresionante se presentó ante él.

Los campos de trigo se extendían ante su persona, un árbol sin hojas interrumpía su visión, dando paso a la presencia inigualable de una majestuosa mansión. Miró a su izquierda y luego a su derecha. La soledad era absoluta, el viento era fuerte y no entendía muy bien qué sucedía.

Lo único que tenía claro es que ese lugar, fuera el que fuera, no podía significar nada bueno.

—Este lugar... —miró nuevamente el árbol— Eso es... Lo he visto antes...

Cornelia.

Y lo supo.

¿Quizás era un sueño? ¿Una pesadilla?

Los recuerdos implantados en él lo estaban consumiendo, pronto desaparecería para siempre y entonces el futuro de aquellos a quienes amaba sería algo imposible de adivinar...

Miró sus manos, aturdidos por la sola idea. Imágenes de Kanda, Johnny y Tim llegaron a su mente. Las personas más cercanas a él en ese momento, más cercanas a su cuerpo. Si él estaba en los recuerdos del catorceavo, ¿entonces él...?

Se llevó las manos al rostro, consternado por la posibilidad.

—Por favor... Que estén bien...

¿Qué era lo que había sucedido? ¿Por qué aquello estaba pasando?

Lo recordaba, su reencuentro con Mana, una oleada de dolor y luego oscuridad. Johnny intentaba ayudarlo a escapar, sea por Nea o por el Conde, si alguno de ellos le hacía daño... ¿Kanda estaría bien? ¿Por qué Tim no contestó su llamado cuando Apócrifos apareció? ¿Quizá Kanda se encontró con él?

¿Qué...?

Cálmate.

No podía hacerlo.

Ese paisaje... Aquella mansión o los aromas que llegaban a él, no conocía nada de eso. Estaba siendo indudablemente absorbido... ¿Lo estaba siendo? El lugar era hermoso, tan hermoso y tan solitario...

Se sentía excluido...

Aquel mundo lo rechazaba.

¿Eran sus sentimientos o...?

Había algo en él que estaba mal (fuera de todo lo que estaba absurdamente mal). Algo le gritaba, había algo en su cabeza que insistía, le estaba llamando y...

Está aquí, Allen.

Dejó de cubrirse el rostro, notando lo pequeñas que eran sus manos y sus ojos fueron hacia Marian. El general le observaba curioso, sostenía un cigarrillo entre sus dedos y se veía tan relajado, molesto e insoportable como lo recordaba.

—Este es tu último destino —suspiró, dejando salir el humo de su cigarro—. Aquí es donde Allen Walker desaparece...Has cumplido con tu rol de anfitrión espléndidamente.

—¿Cross...?

—Este campo de trigo es el lugar interior de Nea —informó, mirando al horizonte con algo parecido a la nostalgia—. Mientras más intentes conocerlo, más desaparecerás.

—Yo... Quiero saber más sobre él, sobre el decimocuarto —Marian regresó la mirada hacia el niño—. No sé nada sobre él, después de todo... No conozco nada sobre ustedes. ¡Si pudiera saber algo, entonces seguro podría cambiar las cosas!

—Cambiar, dices... ¿Qué planeas cambiar? —cuestionó con seriedad— Incluso si continúas así, nada cambia el hecho de que el anfitrión, "Allen", desaparecerá. Tú desaparecerás. ¿Puedes tolerar esa realidad?