Noah.

3; ¿Red Mikk? Allen Wallker.

Su regreso fue más rápido de lo pensado, bien decía su instinto que algo saldría mal en esa noche en que dejó por primera vez a Red a solas con el conde.

Recorrió con paso furioso los desolados pasillos del arca en dirección a la habitación del pequeño Noah, habían transcurrido cerca de dos días desde El Incidente como le había bautizado Road en un intento por hacer del asunto algo menos importante.

Estaba siendo tonta.

¡Red estaba en un profundo shock del que no lograba salir! Primero le hacían ver una akumatización demasiado pronto, después su arma anti-akuma se activaba y, de paso, le maldecían.

¿Cuánto resentimiento podía guardar uno de los soldados del conde para lograr algo así? Definitivamente había sido mala idea sacar al niño al mundo real.

Con un suspiro de cansancio, el desaliñado hombre ingresó a la habitación que buscaba con un golpe sordo en la puerta, Jasdevi se sobresaltó ante la irrupción y se alejaron del niño con rapidez.

Tyki les ignoró.

-Voy a adoptarte -declaró con vehemencia y los brazos en jarra, no hubo reacción ni de los otros dos Noah-. Eh, que te estoy hablando, Red, te voy a adoptar así que reacciona.

Chasqueó la lengua incómodo por la nueva apariencia del chico, había escuchado de sus amigos sobre un extraño síndrome que ocasionaba un cambio en el color de cabello de las personas, algo sobre fuertes traumas e impactos.

Achacaría la apariencia albina de su nuevo hijo al asunto de la masacre, maldito conde insensato.

Tronó sus dedos frente a los desorientados ojos del chico y sólo entonces, Red le miró inexpresivo.

-Ha estado así un buen rato -escuchó decir a Jasdero-. Ni siquiera ha dicho algo cuando me comí sus dangos.

Mikk sólo asintió, pidiéndole con su silencio que les diera privacidad y eso hizo Jasdevi. Por Red le dejarían incluso con Skinn, sólo por el chico.

Una vez a solas la mirada del niño le enfocó bien y pareció desconcertado y extrañado, recordó momentáneamente su apariencia y sonrió quitándose las gafas y arreglándose un poco el cabello.

Hubo reconocimiento entonces.

-Estuve hablando con algunos conocidos... Con Sheryl -torció el gesto en una mueca extraña-, me propuso la idea de casarme para poder adoptarte, pero eso no va conmigo así que estaba pensando que...

-No... No necesita hacer eso por mí -murmuró dubitativo, con timidez quizás-. Estoy... Estoy bien, no necesita...

-No, claramente no lo estás -frunció el ceño preocupado-. ¿Y qué diablos con este arrebato de cordialidad? Este no es el Red Mikk que conozco.

Red pareció confuso por el nuevo nombre y Tyki se preguntó si era aún muy pronto para hacer uso él, a juzgar por su expresión quizá sí.

-¿Red... Mikk?

-Sí, ya lo dije -se encogió de hombros-. Te adoptaré.

-No necesitas hacerlo -la expresión de molestia en su rostro fue una ráfaga de aire fresco-. En serio, no lo necesito.

-Tú no, pero yo sí -suspiró dramáticamente-. Es que si te dejo aquí te van a echar a perder, además, eres mi responsabilidad. He sido yo quien te ha arrastrado a esto, además, me será útil tenerte conmigo siempre. Podremos tener buenos juegos de póker.

-Sólo me quieres por el póker -se quejó infantilmente-, no es justo, Tyki.

-La vida no lo es, niño -sonrió antes de mirarle preocupado-. ¿Estás mejor?

Red se quedó en silencio por unos segundos, una de sus manos se dirigió hacia su ojo izquierdo y tocó pensativo la nueva marca sobre él.

A decir verdad, Tyki consideraba que aquel aspecto le caía en gracia a Red, seguía viéndose como un gamberro, pero nada que un corte de cabello no arreglase.

Finalmente, el chico asintió no muy convencido.

-No volveré a ser el mismo -bromeó con una mueca-, pero Cosimo hacía cosas peores.

Mikk se cuestionó cómo demonios un payaso podía traumatizar tanto a un crío como Red, pero no preguntó. Los seres humanos estaban tan podridos que cualquier cosa que el niño dijera sin dudas le haría desear darle una visita al buen Cosimo.

-Ya, entonces... -dudó-. ¿Me dejarás adoptarte?

-¿Qué eres? Deja de repetir eso cada dos minutos, Tyki -se quejó con una mueca-. Por Dios, tú haces lo que te viene en gana y cuando te viene en gana. ¡Yo ni te conocía cuando me arrastraste al arca!

Era penoso, pero tenía razón. Mikk rió divertido y asintió captando la aceptación del chico ante la idea de formar una familia, la cosa estaba ahora con ese asunto... La esposa.

Ugh. Bueno, se las arreglaría de algún modo.

-A todo esto -Red pareció distraerse con algo-. Necesitas un nombre, Sheryl y Road dicen que Red no es uno bueno.

-Y es que no lo es -aceptó-, Red es un apodo que me pusieron en el circo, ¿sabes? Si vas a adoptarme deberías darme un nombre decente... Aunque no quiero ser un Mikk, no después de verte vestido de vagabundo.

El portugués se fingió herido por las palabras frías del británico, estaba haciendo tiempo. Lulu Bell le había sugerido un nombre hacia una semana, cuando habló con Sheryl sobre el asunto. Antes de que Adam traumatizase a Red.

-Bueno... Tengo un nombre para ti -confesó inseguro, el chico le miró curioso-. Es algo que Lulu pensó así que no sé si te vaya a gustar, así que...

-Al punto, anciano.

-Allen... Ella dice que tienes cara de Allen -eso y que estaban hablando de cosas al azar-. Aunque no veo el parecido, tengo entendido que Allen aplica a alguien responsable y...

-¡Soy responsable! -espetó indignado-. ¡Tonto Tyki! Como sea. Si Lulu dice que debería llamarme Allen, así me llamaré y puesto que no te veo casado y me niego a ser un Mikk mi apellido será...

El niño se quedó pensativo durante un largo rato, en algún punto Tyki le observó ponerse de pie y empezar a dar vueltas por la habitación.

Entonces recordó la aparente ascendencia inglesa del chico, sonrió.

-Walker te quedará bien -declaró ganándose una mirada de extrañeza-. Es que siempre estás caminando, te mueves de un lado a otro y nunca te quedas quieto a menos que estemos jugando al póker.

El ahora bautizado bajo el nombre de Allen lo pensó, Walker no le desagradaba, era un buen apellido y se libraba de ser un Mikk.

Además, serviría para bromear a futuro cuando tuviera amigos (porque los Noah eran...), además, tenía una cosa con los akuma desde su maldición... Sí.

-Allen Walker mola -asintió de acuerdo-. Vas a ver, Tyki, seré la envidia.

El portugués sólo sonrió divertido y despeinó los blanquecinos cabellos del chico, luego de eso Road ingresó a la habitación tumbando a un Jasdevi (que escuchaban la conversación tras la puerta) y les llevó a comer porque... Ella también había escuchado todo.

Los siguientes años pasaron en un parpadeo y muchas cosas cambiaron para Allen, sin embargo...

ChanChanChan!!!!!

Soy demasiado masoquista, ya me veo después sin ideas para escribir xD pero NO ME ARREPIENTO :'v