26; ¿Definitiva separación?

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La vida y la muerte son hermanas, ¿cuándo Dios las creó? Era difícil tomar en serio una religión que alaba ciegamente a un ser omnipotente que se ríe de las penurias ajenas.

¿No fue Dios el creador supremo? ¿No debería amar a todos los humanos por igual? Si el camino hacia el infierno está tan lleno de buenas intenciones como muchos dicen... ¿Significa que es Dios quien juzga y castiga sin importar cuánto se hundan los más buenos? ¿Tanto importaba seguir ciegamente su palabra?

El ser humano, de entre todas las criaturas, siempre ha sido el más difícil de entender.

Desean lo ajeno, se apropian de ello y teniéndolo en su poder ya no lo quieren.

¿Qué es lo que rige sus vidas? ¿Qué les diferencia?

Vida y Muerte son...

—Tyki...

—Ha pasado un tiempo —sonrió inclinando su sombrero—. Señor Walker, el traje de traidor le queda de maravilla.

—Esto no es...

Se detuvo, ¿qué demonios estuvo por decirle? Claramente aquello era lo que veía, lo que creía ver.

Se había unido a la Orden.

Mikk dejó de sonreír entonces, captando su silencio como una mala señal y las mariposas volaron.

Fue entonces que Allen recordó qué sucedía y con quién estaba, la noche no auguraba buenas vibras.

—Allen, las mariposas han crecido —las vio entrar al hoyo en su palma, la besó—. Descansa en paz, Suman... ¿Recuerdas cuando eras niño? ¿Aquella vez que las nombraste?

—Tyki... ¿Por qué mataste a Suman?

Él le miró a los ojos, poniéndose a su altura y acariciando su cabeza con cariño, una sonrisa paternal pintó sus facciones.

—Él es mi enemigo, Allen —el frío volvió—. ¿No es este un resultado lógico?

Le golpeó.

Su mano izquierda se movió por reflejo de su cuerpo y la mejilla de Tyki ardió bajo sus dedos, reaccionó a la inocencia.

Su brazo latió, signos de dolor intenso se dieron a ver en su rostro y Mikk se llevó una mano a la zona herida, sorprendido.

—¡Esa no es razón! —el miedo le atacó, pánico puro— ¡Tyki, esa no es razón para matarle! ¡¡Ya estaba paralizado, él...!!

—Allen, ¿qué es lo que intentas hacer? —se calló— ¿Qué es esto que estás diciendo?

—Yo... No quiero que sigas matando exorcistas.

El Noah no dijo nada, se acomodó en el suelo y miró del albino a la bola amarilla que revoloteaba sobre su cabeza, la sangre le hirvió.

Sacó de su bolsillo una cajetilla de cigarros.

—Tratar con niños es tan estresante —encendió un cigarro y una mariposa salió de su palma, la señaló—. ¿Recuerdas esta? ¿Sus nombres y lo que hacen?

Confundido, Allen retrocedió en el suelo, el cuerpo de Suman tras su espalda le impidió alejarse demasiado.

—So... Son Bromas, las creó el conde —dudó un poco—. Su habilidad es crecer mientras comen humanos y tú...

—Son mis lindas amigas, han estado cuidando de ti tantos años, Allen... —le miró decepcionado— Y aún así, has acabado por unirte a la Orden, ellas se han sentido tan solas...

—No entiendo lo que...

—¿Y mi habilidad? —sonrió, maldita sea su bipolaridad— ¿La recuerdas? No creo habértela mostrado nunca, ¿lo hice?

Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora