Noah.

32; Moyashi, por Dios.

Enfrentarse a Adam representaba, para Allen, un quiebre total en la confianza entre ellos.

Había aparecido en el momento justo para salvar a su Julieta, su inocencia había reaccionado ante la presencia del Noah como nunca antes había pasado y, por primera vez después de mucho tiempo, no pudo evitar el odiarlo.

Usaba aquel espantoso traje que tanto le recordaba a los malditos payasos, la vida era... Una maldita mierda.

—Payasos, payasos —gruñó cuando lo perdió de vista y vislumbró a la distancia una cabellera pelirroja, se acercó—. ¡Lavi! ¡¿Viste por dónde se ha ido el Cond...?!

—¡Espera un momento, maldito seas! —reaccionó de manera inconsciente y levantó el brazo izquierdo— ¡¡Muere!!

—¡¡Deja de intentar matarme cada que nos vemos!!

—¿Moyashi?

—¡Es Allen, Bakanda!

—¡Oh, tú...!

—¡¿Pero qué demonios haces aquí?! —se volvería pacifista— Es raro verte, pensé que...

—Eso debería preguntarlo yo —le miró molesto—. ¡Y estaba persiguiendo al maldito Noah de la permanente!

—¿Per...? —abrió los ojos— Ya veo...

—¿Sabes algo?

—Sólo que eres lento —sonrió burlón—. Yo buscaba al conde cuando te metiste en mi camino.

—¡¿Yo me metí?! —no espera, más importante— ¡¡¿Y me llamas lento a mí?!! ¡¡¡Acabas de llegar, Moyashi idiota!!!

—¡¡¡Fueron errores técnicos!!! —sí, se perdió en su propia casa— ¡¡¡Y sí te metiste en mi camino, eres un torpe!!!

—¡¡¡¡¿Quieres probar el filo de la espada de este torpe?!!!!

—¡¡¡¡¡Inténtalo!!!!! —explotó— ¡¡¡Voy a dejarte malditamente calvo, Bakanda!!! ¡¡¡Venderé tu cabello de niña!!!

—¡¡¡¡Entonces yo venderé el tuyo a los viejos coleccionistas!!!! —amor, amor— ¡¡¡¡Maldito Moyashi con cabello de anciano!!!

—¡¡Retráctate!!

—¡¡Oblígame!!

Lavi observó ese extraño reencuentro sin saber qué decir, en primera acababa de comprobar que lo que aquel Noé les dijo era verdad.

Allen estaba vivo.

Sin embargo, y a juzgar por la mirada de Yuu, ese estatus podía cambiar en cualquier momento, sumado a eso los malos habían desaparecido y Lenalee estaba...

—Chicos, creo que deberían dejar esto para luego —opinó extrañado—. Se supone que este sería un reencuentro conmovedor y...

—¡¡¡Cállate o a quien dejaremos calvo serás tú!!!

Bien, que se jodan.

Preparó su martillo mientras les veía discutir nuevamente, contó hasta diez, nada.

Cien, mil, millón, cien millones...

Golpeó a Allen.

—¡¡¡¿Pero qué haces, ani...?!!!

—¡¡¡Lenalee está herida, par de imbéciles!!!

Y así, Lavi lideró por primera vez en su puta vida.

Para cuando llegaron al lugar donde los demás se escondían, Walker se vio envuelto en los abrazos fraternales de Miranda y Krory, ambos sollozaban colgados a su cuellos.