49; Dejé de huir.

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El silencio que reinó luego del desmayo del chico más importante para los Noé fue letal.

El pánico serpenteó por entre ellos, enredándose en el cuello de Cross Marian e intentanto matarlo. Los recuerdos de un pasado borrado llegaron a su mente como si de una patada se tratase y tuvo miedo.

Aquella situación era... Quizá...

Le aterraba que sentir algo como aquello.

Bookman también estaba preso de algo similar, pero su miedo iba dedicado hacia algo más.

Durante todos los años en que los suyos habían estado registrando la historia de la guerra santa nunca antes se había presenciado la forma final de un akuma, sólo había registros de evoluciones a nivel tres.

Aquella era la primera vez que tanto los Bookmen, como la Orden, tenían contacto con un nivel cuatro.

El akuma tomó aire y antes de que cualquiera de ellos pudiera siquiera reaccionar, un estruendoso gritó resonó por todo el lugar, aturdiendo sus sentidos y haciendo que todos cayeran de rodillas.

Allen nunca había tenido un despertar tan tranquilo, hay que decir que su desmayo había sido más corto de lo que pensó que sería.

Cross invocó a María sin pensarlo, demasiado ocupado en preocuparse por Walker e ignorando como pudo el dolor insoportable que aquel grito generaba a su cabeza.

—Como estás muerta debes de estar bien, María —murmuró entre dientes—. Traslada mi cuerpo con el carte garde...

Y estuvo por hacerlo.

Sin embargo un estallido que provenía del lugar donde Froi se encontraba lo evitó y la situación escapó totalmente de su control, ni siquiera el demente de Sokalo resistiría la presión de todo aquello.

Si Allen Walker no podía, en realidad las esperanzas...

El albino maldijo sintiendo la pesadez de su cuerpo, escombros volaban por todos lados, causando en él una inmensa preocupación por los heridos. Mantenía la esperanza de que Bak, Reever y los demás estuvieran vivos, sin embargo que algo como aquello estuviera sucediendo no podía acabar bien.

Si las cosas seguían así...

Sus ojos se abrieron con horror cuando notó a Tim alterarse, sin embargo no pudo ver qué era aquello que le generaba tanto temor cuando sintió la presencia de alguien sobre él y seguidamente escuchó una explosión demasiado cercana.

Y Link estaba allí salvando su perra vida.

—Ugh...

—¿L... Link, qué...?

—No... No dejaré que mueras ahora —murmuró poniéndose a su altura, parecía cansado... O así fue hasta que sus ojos se enfocaron en algo más—. ¡¿Qu... Qué es...?!

Y pudo verlo.

El akuma se encontraba sobre un agujero del tamaño del ego de Sheryl. El sentimiento de inutilidad que le invadió fue mayor al que alguna vez pudo haber sentido antes, no podía moverse.

Su cuerpo... Definitivamente los seres humanos eran más frágiles de lo que podría haber esperado alguna vez y, sólo por esa clase de situaciones, desearía que todo fuera como siempre se le prometió.

—¿Qué ha... pasado? —se preguntó a sí mismo— ¿La división científica... Bookman... Marie... Miranda? ¡Oh, por Dios, Crossarditomariam!

Howard ignoró la histeria del otro. ¡¿Cómo iba a explicarle eso a Leverrier?!

Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora