80; Por venir.

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Las cosas deberían hacerse en orden, lo primordial era elegir el camino a seguir y luego de eso lo que vendría podría tomarse con calma...

O así debería ser.

Lo principal en esos momentos acababa por enredarse con aquello que más deseaba hacer y es que nada tenía sentido. Una cosa llevaba a la otra incluso sin empezar y comenzaba a estresarse en demasía.

Primero que nada, debería buscar a Allen y Kanda. Para hacerlo, debería seguir el rastro de aquel que mencionó el general, "Narein", lo que llevaba a otra cosa que debería hacer.

La misión había cambiado en menos de lo que pensó.

Pasando de "En busca de A.W" para acabar convirtiéndose en "Descubriendo quién carajo es Narein".

Johnny suspiró cansado.

El día se transformó en noche y antes de que se diera cuenta había acabado por pagarse una habitación para pasar la noche con el dinero ganado por Allen en sus actos de circo, mentiría si dijera que la angustia no lo invadió ante el pensamiento de cómo sus amigos podrían estar pasándola en aquellos momentos...

—¿Gusta algo más, señor?

Probablemente uno de ellos estaría muerto en esos momentos. La cuestión estaba en adivinar cuál de ellos podría estarlo, Allen y Kanda no se llevaban especialmente bien, mucho menos habían tenido el reencuentro ideal...

Sin mencionar que Kanda, de por sí, tenía poca vida. Allen era buscado por todo el mundo y la mayoría lo prefería muerto...

Miró a la mesera contrariado.

—Que estén vivos...

—¿Disculpe?

—La cuenta —suspiró—. Por favor, señorita, ¿podría traer la cuenta?

Ella asintió, extrañada por su comportamiento, para seguidamente retirarse y Johnny la miró marchar sin despegar de su mente la imagen de Allen y Kanda sumidos en una batalla entre ellos a la que, después de un rato, acabarían por unirse montones de akuma, el Clan de Noé y la Orden Oscura.

Suspiró.

Iban tres veces.

Se iba a morir y lo último que haría sería suspirar.

Negó resignado.

—Debí preguntarle al general a quiénes preguntarle por Narein —murmuró abrumado por el montón de posibilidades que llegaban a su mente—. A este paso...

—Disculpa —calló, Gill se giró y miró con extrañeza a la dama sentada detrás de él—. ¿Ha dicho Narein?

Bueno, ese podría ser un buen comienzo...

Por lo menos, eso esperaba.



Existía un problema mayor al que presentaba Allen en aquellos momentos, un problema que sólo lo afectaba a él y que era consecuencia directa de todas las cosas que había hecho mal a lo largo de todas y cada una de sus vidas.

Rodeado de conocimientos ilimitados, con una creencia firme en la sabiduría de un Clan como aquel al que en su momento deseo pertenecer.

Wisely se encontró a sí mismo demasiado hundido como para ahogar a alguien más en su miseria. Costaba creer que la sabiduría y los celos acabarían por llevarlo a vivir tales desgracias. ¡Toda una novedad!

Nadie nunca le dijo que por envidioso el karma lo patearía... Siempre pensó que serían los demás quienes sufrirían por todos los errores de sus vidas.

Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora